La Embajada de Estados Unidos en La Habana lanzó una nueva advertencia sanitaria a sus ciudadanos ante el aumento de casos de hepatitis A en la capital cubana. Según el comunicado, el riesgo de contagio se dispara debido a las graves deficiencias en el sistema de agua y saneamiento que arrastra el país.
La enfermedad, que se transmite principalmente a través de alimentos y agua contaminados, encuentra terreno fértil en una ciudad donde la falta de abastecimiento de agua potable, la basura acumulada y la plaga de moscas son parte del día a día. Una realidad que el régimen intenta minimizar, pero que cada vez genera más preocupación fuera de la Isla.
Las autoridades estadounidenses recomendaron que, antes de viajar a Cuba, los visitantes consulten con su médico sobre la vacuna contra la hepatitis A y que mantengan estrictas medidas de higiene durante su estancia. También sugieren verificar las opciones de evacuación médica con las aseguradoras en caso de complicaciones.
Además, la Embajada remitió a los ciudadanos norteamericanos a la página de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), donde se ofrece información detallada sobre síntomas, prevención y vacunas disponibles.
Esta alerta se suma a las ya emitidas por Washington en relación con brotes de dengue, chikungunya y oropouche, evidenciando la creciente preocupación por el deterioro de las condiciones higiénico-sanitarias en Cuba, un problema que el régimen es incapaz de resolver.
Por su parte, el Ministerio de Salud Pública de la Isla reconoció un “discreto incremento” de casos de hepatitis A. El doctor Francisco Durán explicó que la enfermedad se transmite por contacto con heces fecales que contaminan el agua y los alimentos, especialmente los vegetales crudos. Según sus palabras, es vital hervir el agua o tratarla con pastillas de cloro y lavar bien los alimentos antes de consumirlos.