Un joven cubano, Deyriland Hernández Peralta, de solo 17 años, lleva desaparecido desde el 11 de agosto de 2025 y su familia vive una pesadilla marcada por la incertidumbre y la falta de respuestas de las autoridades.
Su tío, Enrique Peralta, acudió a las redes sociales para pedir ayuda desesperadamente. Según explicó, no creen que el muchacho haya salido del país, pues carecía de recursos económicos para hacerlo.
“Por favor, compartan esta publicación lo más que puedan. Si alguien lo ve, que llame a estos números: 54107121 (abuela) o 53546927 (madre). También pueden avisarle a la policía, porque la denuncia ya está puesta”, escribió en Facebook, dejando claro el nivel de angustia que atraviesa la familia.
Un país donde las redes suplen la ausencia del Estado
La familia divulgó la última imagen de Deyriland con la ropa que llevaba puesta el día que lo vieron por última vez, mientras la policía asegura que la búsqueda sigue en curso. Pero la realidad es que, en Cuba, la gente tiene que valerse de Facebook y WhatsApp para pedir ayuda, porque no existe un sistema oficial de alerta rápida ni cobertura mediática estatal para estos casos.
Este vacío institucional deja a los ciudadanos a merced de su propia capacidad de organización. Grupos comunitarios en redes sociales se han convertido en el último recurso para difundir fotos, testimonios y posibles pistas de personas desaparecidas, evidenciando la ineficiencia del régimen para proteger a sus propios ciudadanos.
Un silencio que dice demasiado
No fue hasta finales de julio que el Canal Educativo, uno de los medios del aparato estatal, se atrevió a romper el silencio y mencionar la desaparición de Doraiky Águila Vázquez, una mujer habanera de 48 años perdida desde marzo. Sin embargo, estos casos apenas reciben cobertura y la prioridad del régimen sigue siendo censurar la realidad, no resolverla.