La termoeléctrica Antonio Guiteras, en Matanzas, se prepara para un mantenimiento capital anunciado para inicios de 2026. Así lo comunicó el primer ministro Manuel Marrero, durante una visita acompañada por la gobernadora Marieta Puey y el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy. Pero detrás del anuncio, lo que se esconde es otra promesa que suena a parche y no a solución real.
Una planta en terapia intensiva
Hoy la Guiteras apenas genera 220 megawatts, aunque el régimen insiste en presentarla como “la más eficiente del país”. En teoría, puede producir un kilowatt hora con 240 gramos de crudo nacional, pero en la práctica lleva años al borde del colapso.
Este será el primer mantenimiento capital en una década, un retraso que demuestra la negligencia con que se ha manejado la infraestructura energética. La planta, inaugurada en 1989, no ha recibido una actualización seria en más de 30 años, lo que la mantiene en estado crítico y propensa a apagones constantes.
Marrero reconoce el desastre… pero sigue la propaganda
Durante la visita, Marrero aceptó que la falta de recursos ha impedido reparaciones importantes, pero insistió en que “es necesario seguir explotándola” porque resulta vital para el sistema eléctrico. En otras palabras: aunque esté al borde de morir, seguirán exprimiéndola.
El propio director de la planta, Rubén Campos Olmo, reconoció que la bomba de alimentación número dos está prácticamente en ruinas y que el consumo de agua es tan alto que pone en riesgo su operación diaria. Nada nuevo en un país donde las termoeléctricas fallan una tras otra.
Apagones, visitas oficiales y teatro político
La visita de Marrero también levantó sospechas entre los vecinos. Tras días de apagones brutales en Matanzas, la electricidad volvió “por arte de magia” justo cuando llegaron los funcionarios. Así lo señalaron usuarios en redes sociales, convencidos de que estos recorridos son puro teatro para maquillar la crisis.
En la calle, la gente está harta. Una residente soltó en Internet: “Nos ponen cinco horas de luz y luego nos dejan en apagón por días. Esto no resuelve nada.” Y tiene razón. Las promesas de mantenimientos capitales son puro cuento repetido. Mientras tanto, la población sigue atrapada entre apagones interminables, calor y la desesperanza de un futuro sin energía.
Un sistema al borde del colapso
La caldera principal de la Guiteras no recibe mantenimiento desde 1989. Tres décadas de abandono la han convertido en una bomba de tiempo, y lo peor es que el problema no es solo técnico: es político. El régimen se limita a parchar instalaciones viejas, sin inversión seria ni construcción de nuevas plantas.
La pregunta que muchos se hacen es sencilla: ¿hasta cuándo podrá seguir funcionando una termoeléctrica que no ha recibido cuidados en décadas?
Mientras la crisis eléctrica empeora y el pueblo pierde la paciencia, el gobierno sigue dando discursos vacíos para mantener la apariencia de control, cuando en realidad el sistema energético cubano está colapsando a la vista de todos.