Las noticias sobre arrestos de inmigrantes siempre generan debate, y más aún cuando se trata de cubanos en Estados Unidos. Esta vez, el protagonista es Yosvani Hernández-Sánchez, un cubano de 36 años detenido por agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Denver, Colorado. Según el reporte oficial, tiene antecedentes relacionados con el narcotráfico, lo que lo convierte en un caso de “alta prioridad” dentro de las operaciones de la agencia.
Hernández-Sánchez ya había tenido roces con la justicia estadounidense por delitos vinculados a las drogas. Esa fue la razón principal por la que ICE lo puso bajo la lupa y lo catalogó como una amenaza a la seguridad pública. Ahora, su futuro está en manos de una corte de inmigración, que deberá decidir si lo deportan a Cuba o si existe alguna figura legal que le permita quedarse en el país. Mientras tanto, permanecerá en un centro de detención federal.
Este arresto no es un hecho aislado. ICE ha intensificado su política de “tolerancia cero” contra inmigrantes con historial criminal, y Colorado es uno de los estados donde más fuerte se están aplicando estos operativos. Las autoridades recalcan que el objetivo es claro: sacar de las calles a quienes representan un peligro para la comunidad.
Pero la historia no termina en Denver. De hecho, el caso de Hernández-Sánchez se suma a una serie de arrestos recientes de cubanos en diferentes ciudades de Estados Unidos. La misma semana, ICE informó sobre la captura de otros tres ciudadanos cubanos en Puerto Rico, San Diego y Nueva Orleans, todos con amplios historiales criminales.
En San Diego, por ejemplo, cayó Bernardo Hernández, de 71 años, con un prontuario que incluye narcotráfico, posesión de drogas y hasta conducción temeraria. La agencia lo describió sin rodeos: “un claro peligro para la comunidad”.
En Nueva Orleans fue detenido Jorge Nadal, acusado de múltiples cargos por posesión de cocaína, distribución de drogas y robo simple. Y en Puerto Rico, el arresto de Maykel Negrín Núñez encendió las alarmas: estaba acusado nada menos que de homicidio, abuso conyugal y violaciones a la Ley de Armas.
Todos estos casos muestran un mismo patrón: ICE está intensificando sus redadas y no piensa dar tregua a inmigrantes con expedientes criminales. El mensaje es contundente: “tolerancia cero”. Y eso significa que más nombres podrían sumarse a esta lista en los próximos meses.