Si algo tienen las redes sociales es que siempre habrá alguien que deje un comentario de más. Y si no, que lo diga Rachel Arderi, la modelo e influencer cubana que una vez más se robó las miradas en Instagram. Pero esta vez no solo fue por su elegancia y estilo, sino por la manera tan cubana y repartera con la que respondió a un comentario que muchos han leído alguna vez: “Ni parece que fueras cubana”.
Todo empezó con un video donde Rachel aparece desfilando como toda una reina. Primero, un conjunto marrón sin mangas acompañado de tacones y una cartera de lujo; después, un look beige urbano con gorra y gafas oscuras, muy de “paseo chic por la ciudad”; y para cerrar, un conjunto negro asimétrico con cinturón y clutch que gritaba sofisticación por todos lados. Elegancia le sobra, eso no lo puede negar nadie.
Cada look iba acompañado de un texto que reproducía ese comentario que parece perseguirla: “Te vistes tan lindo y luces tan fina, ni parece que fueras cubana”. Como si ser cubano y vestir bien fueran cosas incompatibles.
Pero Rachel no se quedó ahí. La magia vino con la segunda parte del video. En una transición llena de humor y picardía, aparece totalmente distinta: en short deportivo, recogida en moño, con un trapeador en la mano y actitud desafiante. Y para rematar, de fondo sonaba una de esas canciones bien reparteras que cualquier cubano reconoce con solo oír dos segundos.
El toque final fue el texto en pantalla: “¿Decías? (Ahora tradúcela)”. Una respuesta corta, directa y con ese sabor que caracteriza a los cubanos de pura cepa. Entre risas y picante, Rachel dejó claro que se puede ser elegante y repartera al mismo tiempo, porque la cubanía no tiene por qué encasillarse en estereotipos.
El video, como era de esperar, explotó en reacciones. Miles de seguidores la aplaudieron, no solo por su estilo impecable, sino también por la autenticidad con la que respondió. Muchos comentaron que se sintieron identificados con esa mezcla de glamour y barrio que tanto define a la cultura cubana.
Y es que la lección de Rachel va más allá de la moda: ser cubano no es sinónimo de falta de clase, ni de un estilo limitado. Más bien, es la prueba de que se puede combinar lo mejor de ambos mundos: la elegancia y la chispa, lo fino y lo repartero. ¿Quién dijo que había que elegir?
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