El nieto del dictador Fidel Castro, Fidel Antonio Castro Smirnov, volvió a ser noticia en medio de la polémica. Esta vez no por sus saltos en paracaídas, sino por un accidente en Chile que lo obligó a andar con una bota ortopédica. Hasta ahí todo normal. Lo escandaloso es que, en lugar de atenderse en un hospital como cualquier persona común, La Habana mandó un equipo médico especial solo para él, un lujo que resalta el abismo de privilegios de la familia Castro frente a la miseria que sufre el pueblo cubano.
La denuncia salió a la luz gracias a una publicación en Facebook del usuario de La Tijera, quien aseguró que durante su “viaje de trabajo” en Chile, el nieto del dictador fue atendido nada menos que por médicos enviados desde Cuba. Mientras tanto, la gente en la isla hace colas interminables, sobrevive sin medicamentos básicos y hasta pierde familiares por negligencia médica.
Con un tono triunfalista, Castro Smirnov mostró en redes sociales que, a pesar de la lesión, seguía con sus compromisos. En Valparaíso, participó en el XII Encuentro de graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) y hasta posó sonriente con su bota, asegurando que “el amor y el compromiso” con la obra de su abuelo no conocen de fracturas. Claro, omitiendo cualquier detalle sobre la verdadera magnitud de su accidente.
Más tarde, presumió en X (antes Twitter) su reunión con el rector de la Universidad de Valparaíso y parte de su equipo, donde habló de proyectos de ciencia, investigación y educación continua entre Cuba y Chile. Todo muy académico, muy diplomático, mientras en Cuba los hospitales parecen escenarios de guerra.
Castro Smirnov, hijo del fallecido Fidel Castro Díaz-Balart, es hoy académico de la Academia de Ciencias de Cuba y profesor titular de Física Nuclear en el Instec de La Habana. Su carrera, cuidadosamente impulsada, contrasta con la realidad de miles de jóvenes científicos cubanos que no encuentran ni recursos ni futuro dentro de la isla.
Lo más indignante es que mientras este nieto de la dictadura recibe atenciones médicas de lujo, en Cuba los pacientes deben improvisar yesos con alambres y cartones porque en los hospitales ya no queda ni lo básico. La supuesta “potencia médica” que la propaganda castrista tanto promocionó está en ruinas, y lo único que sigue intacto son los privilegios de la casta gobernante.