Cuando una cubana en Estados Unidos dijo en TikTok que quería “meter la cabeza en un cubo de la vergüenza”, no estaba exagerando. Lo hizo tras enterarse del caso de cinco jóvenes cubanos arrestados en Texas, acusados nada menos que de asesinar a un hombre durante un robo en Austin.
La usuaria, conocida como @lizethika_opina, no se guardó nada en su mensaje y expresó un dolor que muchos migrantes comparten: la frustración de ver cómo unos pocos empañan la imagen de toda una comunidad que lucha por salir adelante.
Con un tono cargado de indignación, dejó claro lo que sentía: “Me da vergüenza ver compatriotas míos metidos en estas cosas aquí en Estados Unidos”. Y es que, como recordó, llegar a este país no es un regalo. Muchos han cruzado el temido Darién, han pasado años de sacrificios familiares o han arriesgado la vida para tener una oportunidad.
“Imagínate si yo hubiera llegado aquí con 17 o 20 años”, reflexionó. “Quizás hoy sería dueña de una boutique o una doctora. En este país hay oportunidades de sobra para los jóvenes. El idioma se aprende, hay trabajo, hay caminos para crecer… ¿por qué desperdiciarlo convirtiéndose en criminales?”.
Lo que más le duele es que estas noticias terminan afectando a todos: a los que trabajan, a los que estudian, a los que simplemente quieren echar pa’lante. “Aquí no hace falta robar ni un alfiler. Con trabajo pagas la comida, la ropa y hasta un crucero. Entonces, ¿por qué manchar a los inmigrantes y a los cubanos con estas cosas?”, cuestionó con frustración.
El caso que encendió su indignación fue el asesinato de Miguel Mondragón, un hombre de 49 años emboscado y baleado el 3 de agosto en Austin. Los arrestados —Alejandro Hurtado-Reyes (22), Yanaris Reyes (29), Antonio González (17), Yurisander Góngora (19) y Héctor Yohany Achang (19)— enfrentan cargos de asesinato capital. Según la policía, formaban parte de una banda que asaltaba a hispanos, sabiendo que muchos no denuncian por miedo a problemas migratorios.
La familia de Mondragón pide justicia y teme que las bajas fianzas permitan que los acusados salgan en libertad. Y mientras tanto, la comunidad migrante carga con el estigma.
La tiktoker lo resumió con claridad: “Cada vez que un cubano hace esto, nos ponen en la mira. Ya basta de meter la pata. Después se quejan de deportaciones, pero siguen cometiendo delitos. ¿Entonces para qué vinieron?”.
Su mensaje es el eco de muchos migrantes que sienten que pagan justos por pecadores. Porque mientras unos luchan con sudor para construir una vida, otros manchan con sus actos la imagen de todos. Y eso, como dijo la cubana entre lágrimas y enojo, duele como una traición.