Mientras en la Isla la gente pelea por conseguir medicinas, comida y hasta una simple aspirina, Lis Cuesta, la esposa de Miguel Díaz-Canel, anda disfrutando de los lujos de la gira presidencial de su marido. Esta vez, el destino es Vietnam, aunque la ruta también incluye paradas en China y Laos. Todo esto sin que Cuesta tenga cargo oficial en el gobierno, pero siempre aparece como “primera dama” en los viajes de lujo del régimen.
Según la prensa oficial vietnamita, Cuesta llegó el sábado junto a la delegación cubana y ya el lunes se paseaba por Hanoi de la mano de Ngô Phương Ly, esposa del secretario general del Partido Comunista de Vietnam. Como si fuera un tour turístico, visitaron el famoso Templo Ngọc Sơn y asistieron a un espectáculo de marionetas acuáticas en el Teatro Thăng Long, donde incluso se vio a la esposa de Díaz-Canel aprendiendo cómo manejar los títeres.
Un viaje de lujo pagado con el sudor del pueblo
La polémica crece cuando se conoce que Díaz-Canel y su comitiva viajaron en un Airbus A330-200 de la aerolínea Plus Ultra, el mismo que ya había usado en 2023 para giras por Medio Oriente y Nueva York. Según el medio independiente Diario de Cuba, el alquiler de esta nave cuesta 11.000 dólares por hora de vuelo. Solo el tramo desde Estambul hasta Hanoi, de once horas, significó un gasto superior a los 120.000 dólares. Y eso es solo un pedacito de la factura final.
Mientras el régimen gasta fortunas en aviones privados para su élite, en la Isla miles de cubanos hacen colas infinitas para conseguir comida y medicamentos básicos, cuando logran encontrarlos.
Propaganda y pedidos de ayuda disfrazados de cooperación
En su primer día en Vietnam, Díaz-Canel fue llevado a colocar flores frente a un busto de José Martí y a recorrer el Museo Nacional de Historia Militar, como parte del ritual propagandístico que acompaña cada una de sus visitas. Después, según los medios oficiales, se reuniría con dirigentes para “fortalecer la cooperación bilateral” y avanzar en la creación de una supuesta “Comunidad de Futuro Compartido Cuba-China”.
Pero todos sabemos lo que eso significa: más promesas vacías, más acuerdos que no resuelven nada para el pueblo y, sobre todo, más peticiones de ayuda económica para mantener a flote un sistema que ya no da para más.
Donativos para el régimen mientras el pueblo no ve un centavo
En medio de este panorama, se supo que en Vietnam se organizó una campaña de “solidaridad con Cuba” que reunió 14 millones de dólares en apenas unos días. La pregunta que muchos se hacen es clara: ¿a dónde va a parar ese dinero? Porque los cubanos de a pie siguen sin ver mejorías en sus vidas, mientras los jerarcas del régimen viajan en aviones de lujo y se hospedan en hoteles de primera.
La imagen es clara: mientras el país se hunde en una crisis sin salida, la cúpula del poder se pasea por Asia disfrutando del buen vivir, vendiendo un relato de cooperación y hermandad que no alimenta a nadie en la Isla. Una burla más para un pueblo que ya está cansado de tanta mentira y tanto descaro.