El régimen cubano salió a dar la “gran noticia”: el salario medio mensual en Cuba durante el primer semestre de 2025 llegó a 6,649 pesos. Según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), eso representa un aumento del 16,4 % respecto al año anterior. En Cubadebate lo pintaron como un triunfo económico, pero el cubano de a pie sabe que ese número es solo humo.
Porque sí, en los papeles la cifra creció, pero en la vida real, con la inflación desbocada y el peso cubano más devaluado que nunca, ese “incremento” no se traduce en nada. Ni en comida, ni en medicinas, ni en aseo. Al final, es otro espejismo estadístico de los que ya estamos acostumbrados.
Si miramos por sectores, la diferencia es brutal. En las empresas, los salarios subieron casi un 25 %, llegando a un promedio de 7,331 pesos. En cambio, en el sector presupuestado –donde están médicos, maestros, enfermeros y trabajadores de la cultura– el alza fue solo del 6,8 %, quedando en 5,922 pesos. O sea, justo en las áreas más esenciales, el aumento es prácticamente simbólico.
Por provincias, La Habana encabeza la lista con un salario medio de 7,660 pesos, seguida por Artemisa y Holguín. En el otro extremo, Guantánamo, Isla de la Juventud y Granma tienen los sueldos más bajos, todos por debajo de los 6,000 pesos. Y cuando miramos las actividades mejor pagadas, el panorama tampoco sorprende: electricidad, gas y agua lideran con más de 12,000 pesos, mientras que sectores como comercio, cultura o deporte apenas alcanzan poco más de 4,500.
Pero aquí viene la gran estocada: con el dólar en el mercado informal a 410 pesos, esos 6,649 CUP equivalen a unos míseros 16 dólares al mes. Sí, lo que en otros países se gasta en un desayuno con café y croissant, en Cuba es el salario promedio de todo un mes de trabajo.
No es de extrañar que la publicación en Cubadebate se llenara de críticas. Un médico comentó: “No es el incremento del salario lo que determina una mejoría, es la capacidad adquisitiva. Hoy ese salario es mínimo”. Otra trabajadora fue más tajante: “Nada se resuelve, esos pesos no pagan ni la electricidad. Es hora de pensar en la calidad de vida del pueblo”.
La mayoría coincide en lo mismo: ni triplicando los salarios actuales alcanza para vivir. Un informático lo resumió en una frase demoledora: “Se necesitan al menos 30,000 pesos para subsistir, y mucho más para vivir con dignidad”.
Y es que, aunque el gobierno insista en mostrar cifras optimistas, la realidad es otra. En un país dolarizado de facto, donde las tiendas en pesos están vacías y todo lo que sirve se vende en MLC, el salario en CUP se ha vuelto papel pintado.
El resultado es claro: el salario de 6,649 pesos que presume el régimen no es un logro, es un espejismo. Para el cubano común, ese dinero no paga ni la comida de una semana, mucho menos la vida digna que tanto merece.