La noche del domingo, el municipio de Yaguajay, en Sancti Spíritus, vivió un verdadero infierno. Un incendio de grandes proporciones destruyó por completo el popular bar arrendado “El Refugio” y al menos cinco casas cercanas, dejando a varias familias en la calle y exponiendo la fragilidad de las infraestructuras en Cuba.
El fuego comenzó en la céntrica esquina de Meneses y se propagó con una rapidez impresionante, alimentado por materiales inflamables y edificaciones deterioradas. Las imágenes difundidas por vecinos muestran cómo las llamas devoraron el techo del local, mientras decenas de personas miraban impotentes cómo su comunidad se consumía.
Familias sin hogar y promesas vacías
Aunque no hubo que lamentar pérdidas humanas, varias familias lo perdieron todo. “Reportan incendio grande en nuestro pueblo Yaguajay”, comentó un usuario en el grupo de Facebook Revolico Yaguajay 2025, reflejando la preocupación generalizada.
Los bomberos llegaron junto a fuerzas del MININT y autoridades locales, pero muchos vecinos aseguran que la respuesta fue lenta y con equipos obsoletos, dejando claro el abandono en el que vive esta región. La gente del barrio también metió mano para tratar de controlar el siniestro, demostrando que la verdadera solidaridad nace del pueblo, no del Estado.
Patrimonio perdido y ninguna explicación
“El Refugio” era un sitio emblemático para los lugareños, un punto de encuentro que ahora es solo cenizas. Mientras, las familias afectadas aguardan la típica “ayuda estatal”, esa que casi nunca llega o viene en forma de promesas huecas. Hasta el momento, no se han dado detalles sobre las causas del incendio, pero sí queda en evidencia la vulnerabilidad de las construcciones cubanas y la falta de recursos para prevenir tragedias.
La comunidad de Yaguajay, con casi 13 mil habitantes, amaneció entre la tristeza y la rabia, consciente de que la historia se repetirá si no cambian las condiciones de vida en la isla.
Una oleada de incendios que no da tregua
Este desastre se suma a otros que han estremecido a varias provincias en las últimas semanas. En Guantánamo, una madre y sus cuatro hijos quedaron en la calle después de que un incendio arrasara su casa de madera mientras ella lavaba en el río, obligada por la falta de agua.
En Ciego de Ávila, otra familia perdió todo en el Reparto Peñaranda, donde los vecinos denuncian que las llamas pudieron haber sido provocadas. Y no solo los hogares están en peligro: hasta la histórica Parroquia Mayor de Sancti Spíritus, el templo católico más antiguo de Cuba, estuvo a punto de arder debido a la explosión de baterías de litio.