El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel sigue de gira internacional, esta vez en Vietnam, donde inauguró una planta de medicamentos de alta tecnología que, irónicamente, no aliviará la dramática escasez que se vive en las farmacias de la Isla. El proyecto pertenece a la empresa mixta Genfarma, creada en mayo de 2025 entre BioCubaFarma y la firma vietnamita Genfarma Holdings.
Durante la ceremonia, Díaz-Canel soltó su habitual discurso cargado de promesas, afirmando que se trata de “la empresa mixta más rápida que hemos logrado crear” y que sueña con un futuro próspero para la biotecnología cubana. Sin embargo, la realidad que enfrentan los hospitales y pacientes en la Isla dice otra cosa.
Un proyecto fuera de Cuba y enfocado en exportaciones
En redes sociales, el gobernante celebró que la planta quedara lista “en menos de un año”, asegurando que servirá para posicionar los fármacos cubanos en el competitivo mercado asiático. Pero, ¿qué significa esto para los cubanos de a pie? Nada, al menos en el corto plazo, porque la planta no está en Cuba y su objetivo principal no es abastecer a la población, sino exportar para captar divisas.
La presidenta de BioCubaFarma, Mayda Mauri Pérez, ya lo había advertido cuando se firmaron los acuerdos en mayo: el propósito central es vender productos en el extranjero y con lo que se gane “desarrollar la producción nacional”. Una promesa que suena muy parecida a las que han dejado al pueblo esperando por décadas.
Mientras tanto, hospitales sin insumos y farmacias vacías
La propaganda oficial contrasta de manera brutal con la situación sanitaria en la Isla. En julio, el propio ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda, reconoció que más del 70 % de los medicamentos esenciales estaban en falta o con cobertura mínima. Esto incluye antibióticos, antipiréticos, antihistamínicos y otros fármacos básicos que casi siempre solo se consiguen en el mercado negro, a precios que pocos pueden pagar.
El sistema de salud cubano está sumido en una crisis profunda: falta de insumos, fuga de profesionales, servicios hospitalarios deteriorados y un incremento de la mortalidad materna e infantil. A pesar de esto, el régimen prioriza megaproyectos fuera del país mientras la gente sigue haciendo colas eternas para conseguir una simple dipirona.
Cooperación desigual y prioridades cuestionables
El proyecto Genfarma no es un hecho aislado. Vietnam también recibió tierras para cultivar arroz en Cuba, mientras miles de hectáreas en la Isla siguen improductivas por falta de recursos. Una estrategia que deja claro cómo el régimen apuesta por acuerdos bilaterales y promesas de inversión extranjera, mientras los cubanos siguen sin ver soluciones reales a sus necesidades más urgentes.
Una usuaria lo resumió en redes sociales con una frase que se ha vuelto viral:
“Por favor, basta ya de discursos. Necesitamos resultados. Lo que queremos ver es medicinas en nuestras farmacias, no plantas en el extranjero para exportar. Ya estamos cansados de promesas vacías”.