En medio de tanta crisis, malas noticias y quejas diarias en Cuba, todavía existen historias que devuelven un poquito de fe. Esta vez ocurrió en La Habana, cuando una pasajera de las famosas gacelas perdió su monedero… y lo recuperó gracias a la honradez de dos choferes. Sí, como lo lees: ¡se lo devolvieron con todo adentro!
La historia se conoció a través de Lucy González, quien compartió lo ocurrido en la página de Facebook Transportación Habana TH. Según contó, había tomado la ruta 11 en el carro 637 (chapa 226929) y, al llegar a su casa, se dio cuenta del desastre: su monedero no aparecía. Imagínate la desesperación, sobre todo por los documentos personales que llevaba dentro.
Pero en vez de resignarse, Lucy se llevó una sorpresa tremenda. Tocaron a su puerta y allí estaban los conductores del taxi público, con su monedero intacto. “Se me cayó en el carro y estaba vuelta loca cuando llegué a casa y no lo encontré. En medio de la desesperación, ¡llega el compañero conductor con mi carnet de identidad! No tengo palabras para agradecerles”, escribió la mujer en su publicación.
El chofer Tanier Fernández Delgado fue identificado como uno de los protagonistas de este gesto. Del otro conductor no se supo el nombre, pero ambos quedaron como héroes del día. Y no es para menos: en un país donde muchos se quejan de que las cosas perdidas nunca aparecen, esta escena parece casi sacada de una película.
Aunque el hecho es aislado, es un recordatorio de que la decencia no está extinta en Cuba. Y no es la primera vez que choferes habaneros dan el ejemplo. El año pasado hubo varios episodios similares: desde conductores que desviaron sus rutas para llevar pasajeros enfermos al hospital hasta quienes ayudaron en partos de emergencia en pleno viaje.
La lista de gestos solidarios es más larga de lo que parece. Un chofer de la ruta P13 desvió su ómnibus para llevar a un niño que convulsionaba a un policlínico. Otro, de la ruta P1, trasladó a una anciana enferma hasta el hospital “La Benéfica”. Incluso en Matanzas, un simple cochero devolvió la billetera a un pasajero. Y, ojo, no solo en transporte: una vendedora en la Isla de la Juventud devolvió dinero extra pagado por error, y una empleada de hotel en Varadero entregó una bolsa con ¡30 mil dólares!
Son hechos que, aunque escasos, rompen con la rutina de quejas, apagones y escasez. Nos recuerdan que todavía hay cubanos dispuestos a actuar con nobleza, incluso cuando la crisis empuja en dirección contraria. Historias como la de Lucy y los choferes de gacela merecen ser contadas, porque en medio del caos, esos pequeños gestos hacen una gran diferencia.