Varadero retumbó este fin de semana, pero no por el vaivén de las olas, sino por el rugir de motores que hicieron temblar hasta la arena. Cientos de cubanos se dieron cita para disfrutar de un evento que mezcla adrenalina, creatividad y mucho sabor local: un desfile motero que ya es sensación en redes sociales.
El creador de contenido Ihosvany Pérez, conocido en Instagram como @konkarma_, capturó toda la esencia del encuentro en un video que transmite pura energía. “Atiende para acá, mi consorte, carrera de alto cilindro en Varadero”, arranca diciendo mientras su cámara recorre un panorama lleno de motos listas para la acción.
Una crónica con humor cubano y mucha calle
Con su estilo relajado y bien criollo, @konkarma_ presenta a los pilotos con apodos tan pintorescos como “el mulatón”, “el cebolla” o “papito en el semáforo”. La escena recuerda más a una película cubana que a un campeonato oficial, pero la emoción es la misma: pura gasolina y pasión por la velocidad.
Aunque parezca un evento improvisado, ya tiene cierto nivel de organización. Según medios oficialistas, las competencias se realizan en el área pavimentada del viejo aeropuerto de Santa Marta, con apoyo del INDER, la policía y hasta Salud Pública. Sin embargo, todos sabemos que esto no es precisamente fruto de la eficiencia estatal, sino de la inventiva popular que se las ingenia para darle vida a la isla en medio del caos.
La pasión por la velocidad como escape
“Este es el Honda más rápido de Kaguama”, bromea el influencer mientras enfoca a uno de los corredores estrella. Sobre el asfalto brillaron desde motocicletas deportivas hasta modelos eléctricos personalizados y hasta triciclos BRP que parecían recién llegados de Miami.
Las categorías incluyen alto y bajo cilindraje, además de una modalidad libre y otra para motos eléctricas. Los interesados pueden integrarse a grupos de WhatsApp donde se coordinan prácticas y próximos eventos.
Más que un evento, una válvula de escape
En un país donde los apagones, las carencias y la falta de oportunidades son la norma, encuentros como este son un soplo de aire fresco. La gente necesita espacios para divertirse, para sentir que algo se mueve rápido en una isla donde casi todo sigue detenido.
Porque si algo tiene el cubano es inventiva: cuando no hay pista, se inventa; cuando no hay apoyo, se organiza; y cuando la vida parece en neutro, siempre habrá una moto lista para arrancar y dejar el polvo atrás.
