En Cuba la pregunta no es “¿qué voy a hacer hoy?”, sino “¿qué voy a comer?”. Esa es la dura realidad que la creadora cubana @anita.cubana6 expuso en un video que ya se volvió viral en TikTok. Con solo unos huevos en la sartén y la cocina de fondo, Anita logró mostrar de la manera más sencilla y cruda lo que significa sobrevivir en la isla.
“En Cuba poder comer se ha convertido en un desafío diario”, confiesa en el clip. Y no exagera: miles de personas se levantan sin nada en la mesa y terminan el día con la barriga vacía. Los precios suben, los salarios no alcanzan y, para colmo, los apagones convierten cada noche en una batalla. En sus propias palabras: “vivir en Cuba se ha convertido en toda una odisea”.
Aun así, Anita no deja que la desesperanza le gane la partida. Con una mezcla de orgullo y resiliencia, afirma que todavía sueña con un cambio. “Pasamos muchísimo trabajo pero vivo con la esperanza de que algún día todo cambie, y me siento muy orgullosa de ser cubana”, dijo. Además, recordó que ella también conoció lo que era literalmente no tener nada que comer.
El video acumuló miles de interacciones en pocas horas. Desde distintos países, muchos usuarios enviaron mensajes de apoyo y bendiciones para ella y su hijo. Otros aprovecharon para señalar la similitud con lo que ocurre en Venezuela, Honduras y otros lugares donde la inseguridad alimentaria también golpea duro. Y claro, no faltaron los comentarios de indignación contra los apagones y los salarios de miseria en la isla.
Pero el testimonio de Anita no es un caso aislado. De hecho, coincide con los datos más recientes sobre la crisis alimentaria en Cuba. Un estudio de Food Monitor Program reveló que uno de cada cuatro cubanos se acuesta sin cenar, mientras que casi un 30 % solo logra comer dos veces al día. Para colmo, el 64 % de los encuestados culpa directamente al gobierno por el desabastecimiento.
La situación de la leche es otro drama aparte. Una madre denunció en TikTok que en las bodegas “a veces no viene, o solo entregan medio litro”. Eso empuja a muchas familias a comprar en el mercado informal a precios inalcanzables. Otro joven, entre la frustración y la impotencia, resumió la situación con una frase que duele: “las personas van para la calle a aruñar el platico de comida”.
Y como si no fuera suficiente, la crisis energética mete la cuchara: los apagones prolongados hacen que se pierdan los pocos alimentos que la gente logra conseguir. Un paquete de salchichas, unas libras de carne o incluso la leche se echan a perder en cuestión de horas. “A nadie le importa el sacrificio para poner un plato de comida en la mesa”, lamentó un joven en otro video.
Mientras tanto, las cifras oficiales intentan pintar un cuadro más optimista. La Oficina Nacional de Estadística asegura que el salario medio en Cuba subió a 6,649 pesos. Suena bien… hasta que lo comparas con la realidad: eso equivale a unos 16 dólares al cambio informal. Y con eso no alcanza ni para cubrir una semana de comida básica, que hoy exige entre 30,000 y 60,000 pesos mensuales.
Al final, el contraste es brutal. Las estadísticas hablan de avances, pero en las redes sociales abundan las historias de familias que solo hacen una o dos comidas al día, que pierden lo poco que tienen por culpa de los apagones y que se las ingenian para alimentar a sus hijos en medio de la nada.
El video de Anita no es solo un testimonio personal, es un retrato colectivo: una cocina cubana convertida en escenario de resistencia y un recordatorio de que, en la isla, alimentarse es la lucha diaria más grande.
