Muchos turistas llegan a Cuba con la idea de vivir unas vacaciones de película: playas paradisíacas, mojitos en la mano y música de salsa de fondo. Pero la experiencia del influencer italiano Dario Fattore demuestra que no todo lo que brilla es ron y palmeras. El creador digital decidió pasar unos días en La Habana y lo que encontró fue una verdadera pesadilla… ¡literalmente durmió rodeado de cucarachas!
Fattore, quien se presenta en redes como Social Media Manager y fundador de la agencia Whosdigital.it, compartió con sus seguidores lo que vivió en el hotel Memories Miramar. Lo que debía ser una estadía tranquila terminó convertido en una colección de videos virales donde denunciaba las condiciones insalubres que enfrentó.
En su primer video, el italiano no se guardó nada:
«Hola chicos, este hotel en Cuba les hará vivir una pesadilla. Nunca esperé que en un hotel de cuatro estrellas tuviera que dormir en una habitación infestada de cucarachas. Conté más de 30, caminaban por todas partes y no podía dormir en toda la noche», confesó con cara de horror.
El asunto no quedó ahí. Según contó, pidió un cambio de habitación con la esperanza de mejorar su suerte, pero lo que recibió fue otra sorpresa desagradable: otra habitación igual de infestada, ¡y sin agua corriente! Ni ducharse, ni usar el baño… nada. Como si fuera poco, en el desayuno descubrió una cucaracha entre los cubiertos “limpios”. Un verdadero asco.
La historia de Fattore no terminó en la anécdota del hotel. En un tercer video, el más viral, fue más allá y habló de lo que vio en las calles cubanas. “Esta es la verdadera Cuba, no la que muestran en las redes con autos de colores y salsa. Aquí la pobreza está en todas partes. Las calles están sucias, los baños a menudo no existen y los turistas corren riesgo de ser estafados o robados”, sentenció.
El influencer también señaló lo difícil que es para los cubanos conseguir hasta lo más básico: alimentos, jabón o medicinas. Sobre el sistema de salud fue tajante: “Está colapsado”. Lo que debía ser un viaje exótico terminó convirtiéndose en una experiencia dura, sofocante y marcada por lo que llamó la “propaganda comunista”.
Su conclusión fue clara: antes de dejarse deslumbrar por los autos antiguos y los bailes callejeros, hay que saber que la cruda realidad de Cuba es muy distinta a la postal turística. Y aunque el gobierno insiste en culpar a la prensa independiente por la mala imagen internacional, testimonios como el de Fattore muestran lo que realmente enfrentan los visitantes: un sistema turístico en crisis y un país atrapado entre carencias y desilusiones.
