En Cuba siempre hay noticias que parecen sacadas de una película, y esta es una de ellas. El pasado 25 de agosto, un extranjero al volante desató el caos en pleno corazón de La Habana, atropellando a nueve personas mientras circulaba por las calles de Centro Habana y Habana Vieja. Desde entonces, el caso no ha dejado de generar comentarios, rumores y filtraciones que levantan más preguntas que respuestas.
Según la activista cubana Yaneli Morales, quien compartió detalles en su página de Facebook Díaz Canel Sin Gao, el hombre detrás del volante sería de origen italiano. Y no solo eso: al parecer, el tipo tenía prohibida la entrada a Cuba desde hace tiempo. Entonces, ¿cómo terminó otra vez en la isla manejando como si nada?
Ese es precisamente el detalle que hace que este caso sea aún más turbio. De acuerdo con la información compartida, las autoridades están investigando no solo el atropello, sino también quiénes fueron los que movieron los hilos para permitirle entrar al país. Porque, según dicen, no era la primera vez que llegaba después de que le cerraran las puertas oficialmente. Obviamente, alguien tuvo que cobrar —y bastante— para que eso sucediera.
Como suele pasar en estos temas, la gente en redes sociales no se quedó callada. “Alguien grande grande debe de estar involucrado”, escribió una usuaria, insinuando que en Cuba los privilegios siempre están reservados para los que tienen padrinos. “Ahora vamos a ver qué pasa cuando den con ese grande, porque aquí a los grandes nunca les pasa nada”. Y sí, esa frase resume perfectamente la desconfianza popular ante los casos donde siempre parece haber un “intocable” en la sombra.
Pero las versiones sobre la identidad del conductor siguen siendo confusas. Mientras algunos señalan que es un italiano, medios como Cubanet citaron a una fuente anónima que asegura que se trata de un cubanoamericano que conducía un Audi rojo. Para rematar, la prensa oficial prefirió la descripción vaga de “extranjero residente en la isla”. Lo cierto es que nadie se pone de acuerdo y las versiones se multiplican.
Lo único confirmado hasta ahora es lo que dijo el propio Ministerio del Interior (Minint) en una nota publicada ese mismo 25 de agosto: el accidente ocurrió alrededor de las 2:30 de la madrugada, dejando un saldo de nueve personas arrolladas, una de ellas fallecida. El conductor fue detenido de inmediato y se encuentra bajo investigación, pero los detalles del proceso siguen bajo un manto de silencio que solo aumenta las sospechas.
Al final, este caso es otro ejemplo de cómo en Cuba las historias nunca son tan claras como deberían. Lo que empezó como un accidente de tránsito, hoy parece un entramado de favores, corrupción y secretos oficiales. Y mientras tanto, las víctimas y sus familias esperan por justicia.