El presentador y activista cubano Alex Otaola volvió a encender la alarma sobre un tema que duele y molesta a los exiliados: la presencia de represores castristas escondidos en Estados Unidos, viviendo cómodamente en la libertad que ellos mismos negaron a miles de cubanos en la isla.
En su programa Hola! Ota-Ola, Otaola denunció que el ex primer teniente del MININT, Yoesver Concepción, natural de Placetas, anda ahora en Houston como si nunca hubiera sido parte del engranaje represivo. Según recordó el presentador, este sujeto fue de los que chivateó, golpeó y acosó a opositores en Cuba, y hoy pretende “pasar la página” disfrutando de beneficios en un país donde nunca debió poner un pie.
El activista no se guardó nada y lanzó un mensaje directo: “Después de ser un parásito de la vida de los cubanos, ahora quiere vivir tranquilo de nuestros impuestos y ayudas. Eso no se puede permitir”.
Otaola exigió a las autoridades estadounidenses que tomen cartas en el asunto y deporten a estos personajes de vuelta al infierno comunista que ayudaron a sostener. Además, pidió a los congresistas cubanoamericanos involucrarse más activamente para cerrarles las puertas a quienes mancharon sus manos reprimiendo al pueblo.
La lista de “escondidos” en el exilio sigue creciendo. Hace poco, el propio Otaola re2eló los nombres de otros esbirros que han cruzado a Estados Unidos queriendo borrar su pasado. Entre ellos, el policía castrista Jorge Figueredo y la inspectora y chivata Ibis Madelaine Iglesias Bruzón, ambos responsables de hostigar a familias en Cuba que solo pedían un cambio pacífico.
Pero la denuncia más reciente apuntó a Leonardo Velázquez Alonso, otro rostro bien conocido en la maquinaria represiva. Este hombre fue jefe de enfrentamiento de la Seguridad del Estado en Gibara, Holguín, y se hizo viral en videos donde aparecía organizando turbas de respuesta rápida y acosando sin piedad a opositores, incluso a mujeres. En las imágenes se le ve golpeando ventanas de casas opositoras y liderando actos de repudio, siempre con el sello del odio castrista.
Las propias víctimas han salido a reconocerlo públicamente, advirtiendo del peligro que supone permitir que estos verdugos del pueblo cubano se hagan pasar por “perseguidos políticos” en tierras de libertad.
Otaola, mostrando esas imágenes en vivo, fue contundente: “Ahí lo tienen, ese es el esbirro en acción. No puede ser que ahora se disfrace de exiliado”.
Su mensaje es claro: los represores que sirvieron a la dictadura no tienen cabida en el exilio cubano. Mientras el régimen mantiene a la isla amordazada, resulta una burla que sus verdugos pretendan disfrutar del sueño americano sin haber pagado por sus crímenes.