El siempre polémico presentador cubano Alex Otaola volvió a encender el debate en Miami con un pedido que no deja lugar a dudas: cerrar las agencias de envíos, viajes y remesas que, según él, alimentan directamente al castrismo desde el exilio. Y no solo eso, exige que se les quiten las licencias para que no puedan seguir operando.
Con su estilo frontal, Otaola no se guardó nada. Aseguró que quienes han tomado lo que él llama “malas decisiones” apoyando de una u otra forma al régimen, deben pagar las consecuencias. Para él, estas agencias y “mulas” que viajan cargadas de mercancías son cómplices del sistema que mantiene a Cuba en la miseria.
El influencer fue claro: le pide a las autoridades de Estados Unidos, especialmente a los congresistas cubanoamericanos, que revisen una por una las licencias de las agencias de Miami que, bajo su criterio, se prestan para engordar los bolsillos de los dictadores en la isla.
“Las malas decisiones tienen que tener consecuencias. Y esas consecuencias deben ser asumidas por quienes las toman. Mientras no les quiten las licencias a las mulas, ellas no van a entender que lo que están haciendo no está bien”, soltó Otaola con su característico tono desafiante.
Pero el presentador fue más allá: llamó a cerrar filas y no dar tregua. Según explicó, estas agencias están violando las leyes estadounidenses con tal de beneficiar al castrismo, y desde Miami sí se puede acabar con eso si existe voluntad política.
En su mensaje, Otaola también lanzó una advertencia sin medias tintas: no hay excusas ni justificaciones. Ya sea por ingenuidad, por conveniencia económica o por servilismo consciente, todos aquellos que ayudan a sostener a las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua deben rendir cuentas.
Para el influencer, el momento actual es decisivo para el exilio cubano. Por eso, pidió no desgastarse en divisiones internas ni en ataques a los congresistas de origen cubano, sino presionarlos y apoyarlos para lograr acciones concretas: desde declarar al PCC como grupo terrorista, hasta frenar los negocios de los cómplices de la dictadura.
Otaola cerró con un mensaje directo a la comunidad: es hora de empujar juntos para que el pueblo cubano encuentre el valor de pedir libertad en las calles, pacíficamente, pero con determinación. Su discurso, como siempre, genera debate, pero no cabe duda de que toca un tema que divide al exilio: ¿ayudar a las familias en la isla o cortar todo vínculo económico con el régimen?