En La Habana Vieja y Centro Habana, los derrumbes ya no sorprenden a nadie, pero cada vez que ocurre uno la historia vuelve a estremecer. Esta vez, el susto y la angustia se viven en Belascoaín #105, donde un edificio al borde del colapso mantiene en vilo a decenas de familias que no saben si mañana seguirán teniendo techo… o si quedarán bajo los escombros.
Según denunció la página de Facebook La Tijera, el inmueble, que llevaba años deteriorándose, sufrió hace apenas dos días un derrumbe parcial en el pasillo de acceso. Y como si fuera poco, entre la noche del martes y la mañana del miércoles la cosa se complicó todavía más: nuevas partes de la estructura comenzaron a desplomarse, aumentando el riesgo de un colapso total.
Lo que más indigna a los vecinos es que, a pesar del peligro inminente, ninguna autoridad del Gobierno se ha presentado para dar soluciones concretas. Nada de ingenieros, nada de inspecciones, ni siquiera una palabra tranquilizadora. Solo silencio, evasivas y el eterno “mañana veremos”.
Una de las residentes lo resumió con dolor y rabia: “Anoche fue el derrumbe total de mi casa y de la de abajo, y esta es la hora, seis de la tarde, en que todavía no ha llegado nadie del Gobierno. Yo de aquí no me muevo hasta que me den una solución”. Palabras que reflejan lo que sienten miles de habaneros atrapados en la crisis habitacional.
Los vecinos aseguran que han reportado la situación a la Dirección Municipal de Vivienda y al Consejo de la Administración, pero lo único que han recibido son promesas vacías. Mientras tanto, siguen viviendo bajo un techo que amenaza con venirse abajo en cualquier momento. La angustia es doble: temen tanto por la vida de sus hijos como por perder las pocas pertenencias que tienen.
En redes sociales, la publicación desató una ola de indignación. Algunos comentarios fueron demoledores: “Una prueba más de que a la dictadura no le importa un comino el pueblo”, escribió un usuario. Otra mujer señaló: “Los hoteles vacíos, al menos métanlos ahí. La Habana se está cayendo a pedazos”. Y desde el exilio, un cubano ironizó: “Mientras se caen los edificios, la primera dama anda de paseo en Vietnam con el dictador”.
Lo más triste es que esto no es nuevo. Hace menos de un mes, en San Rafael y Galiano, otro derrumbe parcial se cobró la vida de un joven trabajador del Café Boulevard. Aquel edificio llevaba años declarado inhabitable, pero nadie movió un dedo.
Las causas se repiten una y otra vez: construcciones centenarias debilitadas por la humedad y las lluvias, cuarterías superpobladas y un abandono estatal que prioriza levantar hoteles de lujo mientras las familias pobres sobreviven entre ruinas.
La Habana, esa ciudad que muchos describen como “congelada en el tiempo”, hoy más que nunca parece congelada en el abandono. Y para quienes viven en Belascoaín #105, el miedo es real: cada día se acuestan con la duda de si despertarán bajo los escombros.