Lo que debía ser una jornada de alegría y música popular en Manzanillo, provincia Granma, terminó convirtiéndose en una escena de terror. En pleno barrio de Las Novillas, un hombre con antecedentes delictivos desató la violencia al atacar con un machete a un vecino, provocándole la muerte en medio de las celebraciones por el cierre del verano.
El hecho fue confirmado por la página oficialista Entérate con Aytana Alama, que compartió la noticia en Facebook este jueves. Según el reporte, el agresor —ya conocido en la comunidad por su historial criminal— irrumpió en la fiesta y se fue directo contra la víctima, generando pánico entre los presentes.
Testigos aseguran que todo parecía un ajuste de cuentas. Al parecer, el atacante acusaba a su víctima de haberlo delatado en un robo en el que ambos habían participado. La discusión escaló rápidamente hasta convertirse en un ataque brutal a machetazos que dejó a un hombre tendido en el suelo, mientras los vecinos huían despavoridos.
Pero la historia no acabó ahí. Después de cometer el asesinato, el sujeto intentó encontrar a otros dos miembros de la misma banda, con la intención de vengarse y quitarles también la vida. Por suerte, estos lograron escapar a tiempo y evitaron que la tragedia fuese aún mayor.
El asesino consiguió huir momentáneamente, pero la policía organizó un operativo y lo capturó pocas horas después. La noticia de su detención trajo cierto alivio a los vecinos, que aún no salen del asombro y la tristeza por un hecho tan sangriento ocurrido en una fiesta que debía ser de disfrute.
Este caso no es aislado. La violencia en celebraciones populares en Cuba ha ido en aumento. En Santiago de Cuba, por ejemplo, durante los carnavales recientes se reportaron múltiples peleas callejeras, un joven padre asesinado a puñaladas y hasta riñas masivas en la céntrica calle Trocha, donde la escasa presencia policial fue duramente criticada por los asistentes.
En Pinar del Río también se vivió un episodio alarmante: un hombre que irrumpió sin invitación en una fiesta terminó agrediendo con una botella a un joven, causándole una herida profunda en el rostro. Aunque los vecinos lograron detenerlo, las autoridades nunca llegaron al lugar, dejando una sensación de impunidad.
Y para rematar, en Santiago de Cuba se han registrado casos aún más graves: desde homicidios múltiples en barrios como San Pedrito, hasta crímenes donde los asesinos intentaron borrar las huellas incendiando las casas donde cometieron los hechos.
Lo cierto es que lo que debería ser un espacio de esparcimiento y alegría, cada vez más se convierte en un campo minado por la violencia y la inseguridad. La pregunta es inevitable: ¿qué está fallando para que fiestas populares terminen bañadas en sangre?