En una Cuba donde la gente pasa hambre, aguanta apagones interminables y pelea por un paquete de pollo en la cola, la esposa del gobernante Miguel Díaz-Canel, Lis Cuesta, vuelve a dar la nota por sus caprichos de lujo en giras oficiales.
Durante la visita del mandatario a China, Cuesta compartió en X una foto junto al artista Liu Qipei, reconocido por la UNESCO. Pero lo que realmente se robó la atención no fue el encuentro cultural, sino el costoso celular que sostenía en sus manos: un Samsung Galaxy Z Flip, valorado en más de 1,200 dólares en Estados Unidos y superando los 1,300 euros en Europa. Un juguetico tecnológico que resulta una burla para un pueblo que sobrevive con salarios de menos de 20 dólares al mes.
Expertos que revisaron la imagen confirmaron que se trata de uno de los modelos más recientes de la serie plegable de Samsung, un artículo que en cualquier parte del mundo se vende como lujo. En Cuba, sin embargo, sería un sueño inalcanzable para millones.
Una vitrina de lujos en medio de la pobreza
No es la primera vez que Lis Cuesta ostenta lo que el cubano de a pie ni puede soñar. En esta misma visita a China se le vio con gafas de marca, y ya en otras ocasiones ha presumido de un reloj Cartier de más de 12 mil dólares, el mismo que llevó en diciembre de 2022 para defender su tesis doctoral.
Todo esto mientras miles de familias hacen malabares para estirar un salario que no alcanza ni para la canasta básica, y donde conseguir pan, combustible o medicamentos se ha vuelto un calvario. El contraste es brutal: la élite comunista viajando en primera clase y el pueblo hundido en la miseria.
Una “primera dama” sin cargo, pero con poder
Usuarios en redes sociales han denunciado repetidamente que, a pesar de no tener cargo oficial en el gobierno ni ser reconocida formalmente como primera dama, Lis Cuesta viaja con su esposo en todas las giras internacionales y se comporta como representante del país.
En 2022 fue captada de compras en Granada, acompañada de guardaespaldas —entre ellos, su propio hijo— buscando un pulóver de niño con piratas. Aquella frase, “ando buscando un pulover para niño que tenga piratas”, se volvió viral como símbolo de la desconexión total entre los lujos de la cúpula y la miseria de la gente.
El avión de los millones
Mientras tanto, Díaz-Canel tampoco se queda atrás en derroche. Para esta gira asiática volvió a usar el Airbus A330-200 de la aerolínea Plus Ultra, el mismo que ya empleó en viajes al Medio Oriente y a la ONU. El detalle es que el alquiler de esa nave cuesta 11 mil dólares por cada hora de vuelo.
Esa cifra equivale al salario mensual de más de 500 médicos cubanos juntos, y aun así, el régimen no tiene pudor en despilfarrar fondos mientras los hospitales se caen a pedazos y las farmacias están vacías.
Un estilo de vida que retrata la farsa
Cada imagen de Lis Cuesta luciendo relojes, celulares y accesorios de lujo confirma lo mismo: la llamada “dirigencia revolucionaria” vive desconectada de la realidad. Mientras el pueblo cubano resiste con lo mínimo, los gobernantes viajan, compran y presumen como nuevos ricos.
La supuesta austeridad socialista no pasa de ser un cuento mal contado. La cúpula comunista vive como millonarios, mientras venden miseria y sacrificio como si fueran valores patrióticos.