Un fuerte accidente de tránsito estremeció la carretera de La Jita, en Cienfuegos, la noche del miércoles 3 de septiembre. Un conductor de rastra terminó gravemente herido tras impactar de frente contra un camión, en un siniestro que por poco acaba en tragedia.
El choque ocurrió cerca de las 11:30 de la noche y, según los primeros reportes publicados en el grupo de Facebook Accidentes Buses & Camiones por más experiencia y menos víctimas!, todo comenzó cuando un camión fue embestido por la rastra que circulaba detrás, provocando el brutal encontronazo.
El auto patrullero 313 fue el primero en llegar a la escena. Los agentes encontraron al chofer de la rastra atrapado entre los hierros retorcidos y en estado crítico. Gracias a la rápida intervención de los rescatistas, el hombre logró ser sacado con vida y trasladado de urgencia a un hospital.
El ambiente fue de tensión total. Los testigos no podían creer que el conductor hubiera sobrevivido a semejante impacto, y muchos lo calificaron de “milagro”. Sin embargo, hasta ahora las autoridades no han ofrecido detalles oficiales sobre su evolución médica ni sobre las causas exactas del accidente.
En medio de los comentarios en redes sociales, varios foristas apuntaron a un problema que ya se ha vuelto cotidiano: la falta de sueño. Choferes obligados a manejar de madrugada, que luego no pueden descansar por culpa de los apagones interminables. Una internauta lo resumió así: “La gente está durmiendo malísimo con los apagones, y así cualquiera se duerme manejando. Es triste, pero es la realidad”.
El tema pone sobre la mesa un problema mucho más amplio. Los accidentes de tránsito en Cuba siguen siendo una de las principales causas de muerte y lesiones graves. El mal estado de las carreteras, los autos en ruinas, la falta de señalización y la imprudencia al volante se combinan con una infraestructura en decadencia que el régimen no ha sabido —ni querido— resolver.
Según cifras oficiales, el factor humano está detrás del 92 % de los siniestros. Pero la verdad es que ese “factor humano” también incluye el desgaste físico de los cubanos que viven entre apagones, colas y angustias, sin condiciones mínimas para garantizar seguridad en las carreteras.