El cantante cubano Eduardo Antonio, conocido como El Divo de Placetas, estremeció este domingo a la comunidad del exilio con una actuación cargada de emoción en la misa dedicada a la Virgen de la Caridad del Cobre, celebrada en la Ermita de Miami.
El artista apareció vestido de amarillo, color que representa a la Patrona de Cuba, y con su estilo inconfundible interpretó temas tradicionales que hicieron vibrar a los presentes. Entre aplausos y ovaciones, se notaba que aquella ceremonia no era solo un acto religioso, sino también un grito de identidad y resistencia.
En medio de su presentación, Eduardo Antonio alzó la voz con un mensaje que tocó fibras sensibles: “Te pido por cada uno de los cubanos en el mundo entero y que se caiga la dictadura”. Sus palabras retumbaron en la Ermita y fueron recibidas con una ovación que resumía el sentir de muchos cubanos que llevan años soñando con la libertad de su tierra.
El ambiente se cargó de fe, nostalgia y cubanía. No era simplemente música, era un puente entre la espiritualidad y el reclamo de justicia. El Divo se convirtió en portavoz de un deseo colectivo, ese anhelo que une a los que viven en la isla con los que han tenido que emigrar.
La Ermita de la Caridad volvió a ser punto de encuentro para cientos de devotos que rindieron homenaje a la Virgen, pero esta vez con un matiz especial: la voz de uno de los artistas más queridos del exilio puso en palabras lo que tantos sienten en silencio. En su canto había arte, pero también resistencia contra el régimen que sigue oprimiendo a los cubanos.