Lis Cuesta Peraza, esposa del gobernante Miguel Díaz-Canel, reapareció este 8 de septiembre en redes sociales con un tono piadoso que desentonó con la cruda realidad que viven los cubanos. Desde su cuenta en X escribió: “Demos gracias hoy a la Virgen del Cobre, Patrona de Cuba, por cuidar de todos nosotros, sus hijos”, justo cuando millones de personas en el oriente del país sufrían otro colapso eléctrico.
El mensaje, adornado con aire de devoción, contrasta con las recientes imágenes de la gira asiática junto a Díaz-Canel, donde se le vio sonriente, entre vestidos llamativos y accesorios de lujo, en países como Vietnam, China y Laos. Una estampa muy distinta a la de la mayoría de los cubanos, que sobreviven entre apagones interminables, calor sofocante y la mesa vacía.
La publicación coincidió además con una noticia dolorosa: el fallecimiento de un joven trabajador de la termoeléctrica Renté, en Santiago de Cuba, víctima de graves quemaduras tras un accidente laboral. Mientras la “no primera dama” pedía rezos, otro cubano moría tratando de mantener a flote un sistema eléctrico en ruinas.
No es la primera vez que Cuesta enciende la indignación popular con sus mensajes. En 2022, en plena ola de apagones, escribió que tenía “el corazón en modo estropajo por los agobiantes apagones”. Una frase que muchos consideraron una burla, porque resulta difícil imaginar a la esposa del presidente sudando sin electricidad en su residencia oficial, donde la nevera no se apaga y el aire acondicionado no falta.
Su reaparición ahora se percibe como un intento de “acercarse” al pueblo a través de la religión. Pero la mayoría lo lee como un gesto vacío, otra pose desconectada de la realidad. Los cubanos saben bien que ni la Virgen del Cobre ni la gestión del régimen han logrado frenar los constantes colapsos del Sistema Eléctrico Nacional, ni mucho menos aliviar la vida diaria de un pueblo agotado.