El cierre de los servicios de ginecología y cirugía en la Maternidad de Línea, uno de los hospitales más emblemáticos de La Habana, ha encendido la polémica en redes sociales y entre los propios médicos. La decisión, tomada por el Ministerio de Salud Pública de Cuba, deja en incertidumbre a miles de mujeres que dependían de este centro para su atención médica.
El hospital América Arias, conocido cariñosamente como Maternidad de Línea, tiene más de 90 años de historia atendiendo a mujeres cubanas. Sin embargo, ahora pasará a funcionar como un centro de reproducción asistida, una transformación que suena a “avance” sobre el papel, pero que en la práctica ha dejado un vacío enorme en los servicios más básicos y urgentes para la salud de las mujeres.
Quienes más han denunciado la situación son las pacientes y el propio personal médico. La locutora Laritza Camacho ha sido una de las voces más duras contra la medida, calificándola como un “dolor ante el absurdo”. Y es que, más allá de un cambio de nombre o de funciones, el impacto real recae en las mujeres que enfrentan fibromas, quistes, hemorragias o embarazos de riesgo y que ahora no saben a dónde acudir.
Según denuncias, en el hospital ya no se realizan cirugías de urgencia ni procedimientos vitales como legrados. Los médicos, impotentes ante la situación, han confesado que no encuentran palabras para explicar lo que sienten. “Los médicos lloran. La impotencia los hace llorar”, compartió Camacho en sus redes sociales.
La magnitud del problema es alarmante: aunque en 2025 se reportan 763 operaciones realizadas, todavía hay más de mil mujeres en lista de espera, muchas con condiciones graves que comprometen su salud y hasta su vida. La escasez de insumos médicos —desde suturas hasta material quirúrgico— agrava aún más la crisis.
Lo más indignante es que el cierre se hizo sin un plan de reubicación para las pacientes. Mujeres que llegaron al hospital con turnos confirmados fueron devueltas a casa sin respuesta. Durante las reuniones con el Ministerio de Salud, ni el personal médico fue escuchado ni los pacientes tuvieron voz. Al contrario, según Camacho, se advirtió que “no se debía protestar ni publicar en redes sociales”.
La Maternidad de Línea no era un hospital cualquiera: inaugurada en 1930, fue pionera en salud materno-infantil y un símbolo de la medicina cubana. Incluso había recibido inversiones millonarias para neonatología. Sin embargo, hoy sus quirófanos permanecen cerrados, y la sensación que queda es la de una gran traición a la historia y a las necesidades más urgentes del pueblo.
Si bien la idea de un centro de reproducción asistida suena moderna, queda la duda: ¿será un servicio accesible para las cubanas de a pie o terminará siendo otro “negocio” de turismo de salud? Lo cierto es que, mientras tanto, miles de mujeres siguen sin respuestas, y un hospital histórico se convierte en el reflejo de un sistema que prioriza lo cosmético por encima de lo esencial.