Un brutal crimen estremeció al barrio Jesús María, en La Habana Vieja, donde vecinos aseguran que un hombre murió apuñalado en plena calle sin recibir auxilio alguno. El hecho, denunciado en redes sociales por el proyecto independiente Cántalo TV, ocurrió la madrugada del 6 de septiembre, justo en la víspera del Día de Yemayá.
El cuerpo apareció tirado en la intersección de Revillagigedo y Misión. Testimonios recogidos en la zona señalan que la víctima era conocida como “El Chino de Belén” o “El Nankuko”, aunque hasta ahora no se ha confirmado su identidad oficial.
De acuerdo con mensajes enviados a medios independientes, el hombre habría resultado herido tras una pelea y quedó agonizando en el suelo. La policía demoró más de una hora en llegar, mientras nadie lo socorría. Vecinos aseguran que, de haberlo trasladado de inmediato al Policlínico Tamayo —ubicado a pocas cuadras—, quizás habría sobrevivido.
Lo más indignante es que, según los testigos, a las 2:30 de la madrugada todavía el cadáver permanecía tirado en plena vía, rodeado de curiosos y sin que las autoridades dieran señales de eficiencia.
Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar. Muchos culparon directamente al régimen por el clima de inseguridad creciente que asfixia a Cuba, donde la violencia ya no es un fenómeno aislado, sino un mal extendido de punta a cabo de la isla.
Incluso una vecina, identificada como Oshuncita Malcria Empoderada, denunció que en esa misma zona de Revillagigedo, Misión y Esperanza la droga corre sin control, mientras las autoridades miran hacia otro lado. “Ellos saben lo que pasa, pero no hacen nada”, aseguró.
Este hecho no es aislado. La espiral de violencia sigue desbordándose en toda Cuba. En el reparto Zamora, en La Habana, se reportó otro homicidio con extrema crueldad: un hombre asesinado y abandonado junto a un contenedor de basura. En Bayamo, provincia de Granma, un bicitaxero fue atacado con arma blanca por delincuentes que intentaban robarle sus pertenencias.
En Artemisa, la realidad fue aún más espeluznante: padre e hijo fueron hallados muertos dentro de su propia finca, con signos evidentes de violencia. La inseguridad ha alcanzado incluso al campo, donde la falta de una respuesta rápida deja a los campesinos totalmente expuestos.
Y como si fuera poco, continúan los ataques contra los trenes nacionales. En el oriente de la isla, al menos dos convoyes fueron apedreados recientemente, sembrando miedo entre los pasajeros y dañando los vagones. Aunque no hubo heridos, la situación deja claro que la seguridad pública en Cuba está en ruinas.
El régimen prefiere callar, maquillar cifras y repetir consignas, mientras el pueblo vive atrapado entre la oscuridad de los apagones y la violencia desatada en las calles. Una mezcla peligrosa que refleja, más que nunca, el fracaso total del modelo castrista.