En Miami nunca falta el drama, pero esta vez no fue en una serie de Netflix ni en una telenovela. Una cubana de 45 años, identificada como Nubia Milena Torres Cubillos, terminó tras las rejas acusada de nada más y nada menos que de robar en el mismo lugar donde trabajaba: una joyería. Sí, leíste bien. La mujer pasó de empleada a protagonista de un caso de robo y tráfico de bienes robados que hoy tiene a medio Miami hablando.
Según reportó Local 10, el asunto salió a la luz gracias a las cámaras de seguridad de Miami Gold Pawn Inc., ubicada en la NW Seventh St. de la ciudad. Entre junio y agosto, Torres Cubillos habría aprovechado su puesto para ir sacando poco a poco piezas de altísimo valor. Y no estamos hablando de una cadenita cualquiera: la joya estrella en cuestión era una pulsera de oro con eslabones valorada en más de 104 mil dólares.
El informe policial parece un guion de película de suspenso. En uno de los videos se puede ver cómo la acusada escondía los eslabones en una caja y luego la colocaba estratégicamente para que nadie notara nada raro. La primera jugada fue el 26 de junio: envolvió los eslabones en un papel, los metió en su bolsillo y se fue tranquilamente al baño. Todo esto mientras caminaba de forma extraña, probablemente para que el ruido del oro no delatara su truco.
Pero la historia no quedó ahí. El 3 de julio, supuestamente fingió estar reorganizando cajas, cuando en realidad estaba moviendo la que contenía las piezas robadas. Los detectives descubrieron además que no se trataba de un solo golpe: también desaparecieron brazaletes de oro estilo Van Cleef, un collar con esmeralda y varias piezas más de 18 quilates. Lo más grave es que esas joyas fueron empeñadas en distintas casas, dejando un rastro imposible de ignorar.
De hecho, dos de los eslabones robados fueron rastreados: uno lo empeñó el 28 de junio por 3.500 dólares y otro el 5 de julio por 1.800. Todo esto ayudó a los investigadores a armar el rompecabezas y confirmar las sospechas.
Hoy, Nubia Milena enfrenta cargos de hurto mayor, plan organizado para defraudar, tráfico de propiedad robada y hasta de comerciante de artículos usados sin verificar procedencia. Fue arrestada y llevada al Centro Correccional Turner Guilford Knight, donde permanece con una fianza fijada en 40 mil dólares.
El caso no es cosa menor. En Florida, las penas por hurto mayor dependen del valor de lo robado: desde 5 años de cárcel por menos de 20 mil dólares hasta 30 años si la cifra supera los 100 mil. Y en este caso, el valor de la pulsera y el resto de piezas la ponen en la categoría más grave.
Lo que parecía un trabajo estable en una joyería terminó convertido en un escándalo con final judicial. Ahora queda esperar si la cubana logra enfrentar los cargos o si este capítulo terminará con una larga condena tras las rejas.