Una vez más, el régimen cubano intenta vender humo con su “mano dura contra los coleros”, cuando en realidad lo que aflora es el fracaso de un sistema que no garantiza lo más básico. Esta vez el show se armó en Cienfuegos, donde la policía anunció que desmanteló una red dedicada a lucrar con las colas para comprar motos en la tienda de Obourke.
Según el relato oficial, los implicados cobraban entre 200 y 500 dólares por un simple turno, una cifra absurda en un país donde el salario mensual no llega ni a 20. El perfil oficialista Las Cosas de Fernanda describió el esquema como un “negocio redondo”, aunque evitó reconocer lo obvio: si no hubiera escasez y precios inalcanzables, no existirían esas mafias de colas.
Doce personas fueron detenidas y ahora aparecen en un sistema de vigilancia del MININT, con la amenaza de enfrentar penas de hasta 10 años si reinciden. El discurso oficial, en tono moralista, concluyó con una frase de manual propagandístico: “Las colas son del pueblo, y el pueblo no permite el descaro”. Pero lo que callan es que esas colas interminables son producto de un modelo económico que asfixia al cubano de a pie.
El auge del mercado de motos en divisas refleja otra de las grandes contradicciones del régimen. El gobierno autorizó a Tiendas Caribe, TRD, CIMEX y Copextel a vender motos eléctricas y de combustión, siempre en MLC, es decir, en una moneda a la que la mayoría de los cubanos no tiene acceso real.
Los precios son un insulto. En Holguín, una moto marca GLE llegó a costar casi 7,000 dólares, más de 25 años de salario para un trabajador promedio. Con estas cifras, no sorprende que proliferen los revendedores, los coleros y los esquemas ilegales de turno.
El Estado, en lugar de reconocer el desastre, se lava las manos responsabilizando a la gente común. Incluso Correos de Cuba culpó a las importaciones de motos por el colapso de sus almacenes, como si los cubanos tuvieran la culpa de querer un medio de transporte en un país donde el transporte público está colapsado y el combustible escasea cada vez más.