En plena oscuridad y con el pueblo sufriendo uno de los apagones más largos de los últimos meses, el Ministerio de Turismo de Cuba (Mintur) decidió no cancelar el 15 Festival Internacional Varadero Gourmet, que arrancará este 11 de septiembre y se extenderá durante todo el fin de semana.
Mientras millones de cubanos apenas logran cocinar un arroz con candela de leña o sobreviven a la falta de corriente en hospitales y hogares, en Varadero el régimen prepara su banquete de lujo. A la fiesta, como de costumbre, no faltará la “no primera dama” Lis Cuesta, quien ha hecho de este tipo de eventos su pasatiempo preferido, como si el país no se estuviera cayendo a pedazos.
El viceministro de Turismo, Adalberto Venero Lemus, justificó el evento asegurando que “la gastronomía es un pilar fundamental de la oferta turística y un motor para la recuperación económica”. Palabras huecas que chocan con la realidad de un pueblo que no consigue ni pan, mientras el gobierno gasta recursos en catas de vino y mesas repletas de carnes y quesos importados.
La contradicción es obscena. El Sistema Eléctrico Nacional apenas produce un tercio de la energía que el país necesita, pero los hoteles de los polos turísticos gozan de plantas eléctricas y combustible garantizado para que sus visitantes no pierdan ni un minuto de confort. En plena crisis, el Mintur tuvo la desfachatez de difundir una nota oficial en la que aseguraba que “la mayoría de nuestros hoteles disponen de generadores eléctricos y recursos necesarios para operar con normalidad”.
El festival se celebrará en el Centro de Convenciones Plaza América de Varadero, con un programa que incluye conferencias, degustaciones, clases magistrales, competencias de cocina y maridajes entre chefs y sommeliers. Allí se darán cita empresarios, académicos y funcionarios del Partido Comunista, que se darán un atracón de lujo mientras el pueblo cubano lucha para conseguir un huevo o un pedazo de yuca.
Ya en 2023, el economista Pedro Monreal calificó este tipo de celebraciones como una “insensatez política” y un insulto al pueblo cubano, que enfrenta una de las crisis alimentarias más graves de su historia reciente. Monreal subrayó que, mientras el régimen admite la incapacidad de producir arroz, frijoles, viandas o carne, gasta energías y dinero en festivales elitistas que solo benefician a unos pocos.
La indignación no se hizo esperar en redes sociales, donde muchos cubanos catalogan este evento como una burla descarada a un país que sufre hambre, apagones y colas interminables para conseguir lo básico.
El Varadero Gourmet 2025 no es un simple festival gastronómico. Es el retrato de un régimen desconectado de la realidad, más preocupado por vender una imagen de “paraíso turístico” que por atender las necesidades urgentes de su pueblo.