El humor cubano siempre ha sido una forma de resistencia, y pocos lo saben tan bien como Leonardo Santiesteban, mejor conocido como Leo Maraca. Con sus personajes Pepitín, Fofi y, por supuesto, Maraca, ha hecho reír a generaciones de cubanos, pero detrás de esas carcajadas también hay historias de miedo, censura y persecución.
En una entrevista con el youtuber Robert Santiago el Cubano, para el programa Gracias Porvenir de Latinísima, Leo reveló una anécdota que bien pudo terminar en tragedia: un encontronazo en la Aduana de Cuba. Según contó, temió que lo detuvieran por su imitación del expresidente Raúl Castro, un personaje que interpreta en varios de sus shows. Pero lo que parecía un momento de máxima tensión terminó de la forma más inesperada: un trabajador del aeropuerto lo llamó… ¡para pedirle una foto y confesarle que disfrutaba de su imitación!
“Me dijo que incluso le gustaba lo que yo hacía de Raúl. Yo no tengo miedo porque lo hago con respeto. Sea dictador o no, es un personaje más de los que interpreto”, contó entre risas. Y es que esa es la esencia de Leo: convertir hasta la amenaza más seria en un motivo de humor.
Pero no todas sus experiencias en Cuba fueron así de “ligeras”. En la entrevista recordó momentos duros de censura, como cuando le prohibieron un sketch en el que un robot del año 3000 anunciaba el fin del hambre, algo que las autoridades interpretaron como una indirecta a Fidel Castro.
La persecución tampoco faltó. Leo confesó que tras publicar una foto sobre los fallecidos en Mazorra, pasó tres meses vigilado por la Seguridad del Estado. Una moto estacionada frente a su casa era la prueba constante de que estaba bajo la lupa, y hasta intentaron tenderle una trampa con una muchacha en una discoteca.
Ya en el exilio, la vida le dio otro golpe fuerte: perdió a su madre a solo tres meses de llegar a Estados Unidos. Aun así, tuvo que subirse al escenario esa misma noche. “El humor cura, aunque después en el camerino uno se derrumbe”, dijo con el corazón en la mano.
Con más de tres décadas de trayectoria, primero en Cuba con el dúo Los Dracos y ahora en Estados Unidos, Leo Maraca sigue defendiendo el humor como trinchera. Ha trabajado en programas como Los hijos de Putin, La Habana en Hialeah y Pateando la Lata Miami, además de crear sus propios contenidos en redes.
Hoy, con 54 años, asegura que su meta es simple pero poderosa: dejar un legado de personajes que mantengan viva la risa del cubano. “El humor es mi manera de cambiar lágrimas por chistes. Es lo único que me ha salvado siempre”, concluyó.
