Cuba amaneció este jueves con un respiro a medias en su eterno calvario eléctrico. La Unión Eléctrica (UNE) anunció que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) logró reconectarse parcialmente, pero provincias enteras como Pinar del Río, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo siguen en tinieblas, atrapadas en un apagón interminable.
Según publicó la propia UNE en Facebook, a las 7:36 am se logró enlazar el sistema, aunque todavía una buena parte del país está apagada. Unas horas antes, a las 6:00 am, el SEN apenas producía 1,000 megavatios gracias a dos subsistemas improvisados: uno que va desde Mariel hasta Matanzas y otro que cubre de Matanzas a Camagüey.
El organismo prometió que “en las próximas horas” entrarían la termoeléctrica Antonio Guiteras y la unidad 6 del Mariel, lo que permitiría estabilizar un corredor eléctrico hasta Camagüey. También anunciaron que dos unidades de Renté podrían aportar algo de energía en el oriente, aunque sin dar plazos claros.
El director de Electricidad de la UNE, Lázaro Guerra Hernández, apareció en la televisión oficial para repetir la misma frase de siempre: que los trabajos “avanzan”. Palabras que ya nadie cree, porque lo que el pueblo sufre es otra cosa: un país que se paraliza cada vez que colapsa una planta vieja y achacosa.
El apagón que dejó a Cuba en seco
El desastre comenzó el miércoles a las 9:14 am, cuando la Guiteras se desconectó súbitamente por una falsa señal de sobrecalentamiento en su caldera. Sin energía externa para reactivarla y con un SEN tambaleante, la planta quedó fuera de juego. Lo peor es que ni siquiera está claro si esa salida brusca provocó daños adicionales, lo que abre la puerta a un apagón más largo del que ya castiga al pueblo.
Una historia que se repite
Este no es un hecho aislado. Es el quinto apagón nacional en menos de un año, un récord que pinta de cuerpo entero el desastre de la infraestructura eléctrica cubana. En octubre y diciembre de 2024, la misma Guiteras se desplomó y dejó a todo el país sin corriente. En noviembre, el huracán Rafael tumbó el SEN. En marzo de 2025, una avería en Diezmero, La Habana, lo volvió a dejar fuera. Y el pasado 7 de septiembre, otra falla en la línea de 220 kV Nuevitas-Tunas dejó en penumbras a todo el oriente, con impacto hasta en el occidente.
El pueblo en penumbra, el régimen en su cuento
El castrismo intenta justificar lo injustificable, hablando de “fallas técnicas” o del mal tiempo. Pero la verdad es clara: el colapso eléctrico es hijo directo de la desidia, la corrupción y la falta de inversión real en el país. Mientras prometen parques solares y proyectos que nunca llegan, millones de cubanos sufren cada día la crudeza de no poder cocinar, guardar comida, trabajar o dormir en medio del calor insoportable.
Lo que el régimen vende como “reconexión parcial” no es más que un parche en un sistema moribundo. Oriente y Pinar del Río siguen apagados, y el resto del país pende de un hilo. El SEN es hoy el espejo de un modelo fracasado, incapaz de darle luz a su pueblo, pero empeñado en sostener la oscuridad política que lo mantiene en el poder.
