La Central Termoeléctrica Antonio Guiteras, en Matanzas, volvió a engancharse al Sistema Eléctrico Nacional este jueves a las 3:41 de la tarde, después de la salida inesperada que dejó a toda Cuba en penumbras por más de un día.
El periódico oficialista Girón confirmó en Facebook que la planta fue la responsable directa del colapso del SEN, un apagón que paralizó la isla durante más de 24 horas y dejó en evidencia, otra vez, la fragilidad del sistema eléctrico bajo control del régimen.
Según Rubén Campos Olmo, director de la CTE, durante la parada se hicieron unas quince labores técnicas: lavado de calentadores de aire, arreglos en bombas de alimentación, ajustes en el ventilador y reparación de fugas. El funcionario aseguró que, con esos “remiendos”, no haría falta la parada programada a fin de mes, aunque dejó caer la coletilla de que “si no aumenta el consumo de agua”. En buen cubano: la Guiteras es un dominó a punto de caer en cualquier momento.
En sus redes sociales, la propia planta anunció que estaban “estabilizando parámetros” y subiendo carga poco a poco, mientras la Unión Eléctrica confirmaba su incorporación. Pero lo cierto es que este regreso ocurre en medio de un historial bochornoso: cinco apagones nacionales en menos de un año y dos solo en 2025.
Incluso el periodista oficialista José Miguel Solís trató de ponerle un toque épico al desastre cuando escribió en Facebook que la “Guiteras” estaba “rodando turbina para estabilizar en las 3,600 revoluciones” en lo que llamó “la hora de los mameyes”. La realidad es menos heroica: un país entero paralizado y familias enteras lidiando con la miseria que traen los apagones.
El propio régimen, obligado a dar explicaciones, aseguró que todo se debió a una “señal falsa” de vapor sobrecalentado en la caldera, lo que disparó el sistema automático de protección y sacó de juego a la planta. Una excusa más que demuestra lo poco confiable del sistema.
Aunque la prensa oficial corrió a dar por restablecido el SEN, la verdad es que muchos cubanos seguían sin luz al cierre del jueves. Y mientras tanto, el propio gobierno reconoce que sin la Guiteras el país no tiene estabilidad energética posible. Como dijeron en la Televisión Cubana: “Su entrada permitirá estabilizar cargas y extender la cobertura eléctrica”.
Lo que no dicen es que esa “estabilidad” dura lo mismo que un merengue en la puerta de un colegio. Porque con una infraestructura hecha polvo, parches en vez de soluciones y un régimen que solo sabe justificar sus fracasos, los cubanos ya saben que el próximo apagón no es cuestión de si pasa, sino de cuándo.