El reguetonero cubano L Kimii encendió las redes sociales tras lanzar una andanada de críticas contra el presentador Alexander Otaola, luego de que este hiciera un comentario que el artista interpretó como una referencia a su color de piel durante uno de sus programas en Miami.
En un video publicado en sus plataformas, L Kimii apareció notablemente alterado y con un tono desafiante. “¿No va a pasar nada con Otaola? Esto es lo que pasa con él. Yo no me indigno con nada. Descará de carretera. Ahora es que esto empieza. La dictadura está matando a todos los negros como yo. Tengo una impotencia ahora mismo. Te estás refiriendo a mi familia, mi madre es negra… ¿Estás loco? ¿Qué le pasa a este tipo? Prepara tus abogados, a los más duros que tengas de Miami”, dijo el reguetonero, dejando claro que el asunto no quedaría ahí.
El comentario de Otaola, que encendió la chispa, fue visto por muchos como un desliz racista. Sin embargo, el propio presentador salió a defenderse de inmediato, negando cualquier intención ofensiva. “Este muchacho salió porque le dijeron que tenía que salir. Yo no he hablado de él como negro, no hablo del color de la gente. Los negros en Cuba son el grupo étnico más aplastado, y eso lo dicen ellos mismos. ¿Dónde está el racismo? Yo no hablé de la familia de ese hombre”, respondió Otaola en su siguiente transmisión.
El choque entre ambos ha levantado un intenso debate en redes sociales. Por un lado, seguidores de L Kimii respaldan su indignación y señalan que no se debe tolerar ningún comentario que pueda interpretarse como discriminatorio. Por el otro, los defensores de Otaola aseguran que sus palabras fueron sacadas de contexto y que todo forma parte de la manera frontal y polémica que caracteriza al presentador.
Mientras tanto, el reguetonero insiste en que llevará el asunto a los tribunales, lo que podría convertir esta disputa en algo mucho más grande. Lo cierto es que, en medio de un panorama cubano marcado por racismo estructural y desigualdades que el régimen nunca ha querido enfrentar, este rifirrafe mediático vuelve a poner sobre la mesa un tema incómodo: en Cuba, ser negro sigue significando estar en la primera línea de la represión y la marginación.