La angustia por la desaparición de Doraiky Águila Vázquez, una habanera de 48 años vecina de Lawton, no da tregua. Ya casi se cumplen seis meses sin noticias suyas, desde que salió de madrugada de su casa el pasado 15 de marzo y jamás regresó.
Este miércoles, su madre volvió a acudir a las redes sociales con un ruego desesperado: “Dios, te pido de todo corazón que el milagro sea encontrar a mi hija Doraiky Águila Vázquez, ausente del hogar desde el 15 de marzo”. Sus palabras reflejan un dolor que se multiplica con cada día de silencio.
La familia no ha recibido ninguna respuesta clara de las autoridades, que una vez más demuestran la indiferencia habitual del régimen ante el sufrimiento de sus ciudadanos. Fueron ellos, los familiares, quienes se movieron por cuenta propia: ofrecieron una recompensa de 350 mil pesos cubanos y difundieron varios números de contacto con la esperanza de que alguien aporte información real.
El caso es aún más delicado porque Doraiky padece pérdidas de memoria transitoria, lo que aumenta el riesgo de que se encuentre en una situación vulnerable. Ante esto, colectivos feministas como Yo Sí Te Creo en Cuba y el Observatorio de Género de Alas Tensas activaron la Alerta Yeniset, un mecanismo para presionar en casos de desapariciones prolongadas de mujeres.
La madre de Doraiky ha repetido su súplica una y otra vez en Facebook: “Se me va la vida esperando a mi hija”. Sin embargo, la respuesta oficial es el mismo vacío de siempre. Fue solo a finales de julio, y a regañadientes, que la prensa oficialista mencionó el caso, sin ofrecer ningún avance real en la investigación. Pura formalidad para lavarse la cara.
Mientras tanto, la incertidumbre destroza a su familia. Doraiky es madre, esposa e hija, con dos niños que la esperan en casa. La pregunta sigue sin respuesta: ¿dónde está? Sus seres queridos piden que cualquier persona que tenga información la comparta de inmediato, para que este caso no se pierda en el silencio y la desidia del sistema.