En México no paran las noticias que involucran a migrantes, y esta vez tres cubanos se convirtieron en protagonistas de un caso que ha dado mucho de qué hablar. Fueron arrestados en Mérida, Yucatán, acusados nada más y nada menos que de robar más de un millón de pesos mexicanos (unos 50 mil dólares). Un golpe fuerte que no solo los pone en el ojo público, sino que también reaviva el debate sobre lo que enfrentan los cubanos que llegan al país buscando una vida mejor.
Según informó la Secretaría de Seguridad Pública de Yucatán (SSP), los detenidos fueron identificados como Yalesky “N” (50 años), Rolando “N” (32 años) y Yoel David “N” (26 años). Las autoridades aseguran que habrían forzado las puertas de dos casas en la colonia Leandro Valle y cargaron con dinero en efectivo, joyas y hasta aparatos electrónicos. En total, la suma del botín ronda los 50 mil dólares, una cantidad que hace que este caso suene aún más escandaloso.
Los detalles del robo parecen sacados de una película. En la primera vivienda, se habrían llevado más de un millón de pesos en efectivo y alhajas valoradas en 80 mil más. En la segunda, el saldo fue de 35 mil pesos, joyas con un valor de 50 mil, una laptop y tres celulares. Nada mal para un atraco que, al final, les salió bastante caro: terminar tras las rejas.
Lo curioso es que, según la misma SSP, los tres cubanos no eran “delincuentes profesionales”, sino migrantes que se ganaban la vida en oficios comunes en México: uno trabajaba como comerciante, otro como chofer de plataforma y el tercero como repartidor. Oficios con los que sobreviven muchísimos migrantes que llegan al país, pero que en este caso quedaron opacados por el delito del que se les acusa.
El caso trascendió tanto que incluso el periodista Julio Astillero lo comentó, señalando la dimensión social detrás de la noticia. Y es que, más allá del robo, lo que realmente preocupa es cómo este tipo de incidentes alimenta los prejuicios y la estigmatización contra toda la comunidad cubana en México. Una comunidad que, en su mayoría, lo único que busca es trabajar y salir adelante, aunque muchas veces termine atrapada en empleos precarios o en la informalidad.
En redes sociales, como era de esperar, las opiniones se dividieron: algunos expresaron indignación por el robo y pidieron mano dura contra los detenidos, mientras que otros hicieron un llamado a no generalizar. “No todos los cubanos son delincuentes”, escribieron varios usuarios, recordando que la gran mayoría vive de su esfuerzo diario y no de robar.
Este caso no solo muestra la dura realidad de quienes caen en la tentación de delinquir, sino también el enorme reto de los migrantes cubanos en México: vivir en una cuerda floja entre la supervivencia y la criminalización.