La historia parece un mal chiste, pero es completamente real. Un cubano sin estatus migratorio legal y con un récord delictivo más largo que una novela volvió a ser arrestado en Florida. Esta vez, después de robar un Jeep Wrangler y protagonizar una peligrosa persecución que terminó de la única manera posible: tras las rejas.
El protagonista de esta historia es Deibbys Cardoso Rodríguez, de 31 años, natural de Cienfuegos. Según el reporte de la Oficina del Sheriff del Condado de Martin (MCSO), Cardoso se llevó el Jeep en Broward y condujo hacia Stuart, al norte, como si nada. Pero no contento con eso, intentó provocar otro choque antes de ser detenido por los agentes.
Lo increíble del caso no es solo el robo de auto, sino su historial: ¡38 arrestos anteriores! Sí, leíste bien. Desde robo, tráfico de drogas y violencia, hasta peleas, exhibicionismo y hurto mayor. El propio sheriff John Budensiek lo dijo sin rodeos: “Está en su arresto número 38. Son 37 de más para nosotros, ya es hora”.
Tras su captura, la División de Investigaciones Criminales confirmó que ya están en contacto con las autoridades federales de inmigración para revisar su deportación. Pero la gran pregunta que muchos se hacen es: ¿cómo es posible que alguien con semejante prontuario no haya sido deportado antes?
El expediente de Cardoso parece una lista interminable: atropello y fuga, conducir borracho, tráfico de bienes robados, resistirse al arresto, intoxicación desordenada, violencia y drogas. A eso súmale que ahora enfrenta cargos por hurto mayor de vehículo y conducir sin licencia. Actualmente está en la cárcel del condado de Martin, con una fianza total de 3,000 dólares.
Los registros oficiales indican que fue ingresado el 8 de septiembre de 2025, mide 5’6’’ y pesa 170 libras. Pequeño detalle: está acusado formalmente de dos cargos, $2,500 por hurto y $500 por manejar sin licencia.
Y si creías que ahí terminaba todo, te cuento otro episodio digno de telenovela. En julio de 2024, este mismo hombre fue arrestado en Miami Beach tras golpear a una trabajadora de hotel, mostrarle sus genitales y amenazar con violarla. En ese momento también se le describió como un sin hogar con problemas de drogas y un pasado delictivo inmenso.
El sheriff Budensiek fue tajante: “Si tomas la salida equivocada, definitivamente vas por mal camino”. Y el caso de Cardoso es la prueba viviente de esa frase.
Más allá de la anécdota escandalosa, su reincidencia revela un problema mayor: la falta de soluciones para migrantes sin estatus legal y las grietas de un sistema judicial que permitió que un hombre con casi 40 arrestos siguiera haciendo de las suyas en el sur de la Florida.
