La tercera víctima del asesino múltiple Arisley Cabeza Reyes, conocido como “Perico”, fue identificada como Mercedes Cantero Rodríguez, de 64 años, popularmente llamada “La Mora”. La mujer fue estrangulada presuntamente por el recluso fugado, que ya había conmocionado a Artemisa tras matar a un padre y su hijo en su propia finca.
El criminal fue capturado el pasado viernes en Bahía Honda por fuerzas del MININT, pero solo después de haber sembrado miedo y muerte durante varios días.
Una relación en la sombra que terminó en tragedia
La Mora mantenía un vínculo sentimental clandestino con su presunto agresor, quien cumplía condena por hurto bajo un régimen “flexible” que le permitía trabajar en un hospital. Según fuentes citadas por Martí Noticias, ella lo visitaba con frecuencia, llevándole comida y otros recursos.
Esa confianza terminó en traición: además de matarla, el hombre le robó dinero y una moto. El cadáver fue encontrado el 2 de septiembre, en avanzado estado de descomposición y escondido debajo de la cama de la víctima, en la comunidad de San Justo. Vecinos alertaron a la policía tras percibir un hedor insoportable. Los peritos confirmaron que llevaba al menos tres días muerta.
En la funeraria de Artemisa reconocieron que no pudo ser velada, pues la estrangulación y el estado en que apareció el cuerpo lo hicieron imposible. Una despedida indigna para una mujer querida en su barrio.
Con su asesinato, el número de feminicidios verificados en Cuba en lo que va de 2025 asciende a 31, según los observatorios independientes Alas Tensas y Yo Sí Te Creo en Cuba.
El asesino múltiple que aterró a Artemisa
Antes de matar a La Mora, el nombre de Cabeza Reyes ya estaba en boca de todos. El 5 de septiembre fueron hallados sin vida Francisco Torres Rodríguez (80) y su hijo Yaciel Torres Remedio (46) en la finca El Cusco, municipio de Candelaria. Ambos fueron atacados con brutalidad, presuntamente porque el asesino buscaba el dinero de la venta de ganado que habían realizado días antes.
Tras una semana prófugo, el criminal fue acorralado el 12 de septiembre en Bahía Honda. Intentó suicidarse con un disparo en la cabeza, pero sobrevivió. Hoy permanece en estado crítico bajo custodia policial en el hospital Calixto García, en La Habana.
El rostro de la violencia estructural
Organizaciones feministas señalan que el asesinato de La Mora evidencia un patrón sistemático de violencia machista en la isla. Ileana Álvarez, directora de Alas Tensas, explicó que la mayoría de los feminicidios en Cuba son cometidos por hombres cercanos a las víctimas, ya sean parejas, exparejas o conocidos que abusan de la confianza.
“Lo catalogamos como feminicidio porque fue alguien con quien ella tenía una relación. Aunque no fuera una pareja formal, hablamos de un feminicidio social: una mujer mayor, vulnerable, que conocía al agresor y terminó siendo asesinada para robarle”, señaló Álvarez.
El aumento de feminicidios contra mujeres mayores es particularmente alarmante. No se trata de casos aislados, sino de una realidad estructural que muestra cómo la violencia se ensaña con las más vulnerables.
Un país donde la inseguridad manda
Este triple crimen ocurre en medio de un panorama de violencia creciente y descomposición social. Entre enero y junio de 2025, el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana documentó 1.319 delitos, incluidos 63 asesinatos y más de 700 robos, cifras que desmontan el discurso oficial de un régimen que insiste en maquillar la inseguridad.
Los vecinos de San Justo describen a La Mora como una mujer trabajadora, alguien “muy bien llevada con el barrio, que se buscaba la vida vendiendo y tenía su dinero”. Hoy, la recuerdan con dolor y rabia, sabiendo que su muerte pudo evitarse en un país donde el Estado no protege a nadie, salvo a los intereses del propio poder.