Los santiagueros vivieron un domingo y lunes para el infarto. Primero, un incendio que devoró casi por completo una vivienda en el reparto Veguita de Galo, y apenas horas después, la explosión de un transformador eléctrico convirtió otra calle de la ciudad en un escenario de pánico.
El primer hecho ocurrió alrededor de las 5:30 p.m. de este domingo, cuando una casa ubicada en Ríos Rivera #112 comenzó a arder de manera voraz. Vecinos de la zona alertaron en redes sociales mientras veían cómo las llamas se tragaban la vivienda y el humo cubría todo el barrio.
Según reportó en vivo el comunicador Yosmany Mayeta Labrada, los bomberos llegaron de inmediato, pero tuvieron un serio problema: ¡se quedaron sin agua! Tuvieron que esperar un carro cisterna más grande para poder sofocar el incendio, mientras la tensión crecía entre los residentes, temerosos de que el fuego se propagara a las casas cercanas.
Afortunadamente, más tarde se confirmó que no hubo heridos ni fallecidos. El rescatista Aris Arias Batalla, vicepresidente provincial de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Cuba, detalló que en ese momento no había nadie en la vivienda. Eso sí, la sala y el primer cuarto quedaron completamente devastados, y el baño y la segunda habitación sufrieron daños parciales.
Un detalle que llamó la atención fue que el propietario confesó que la casa se había adquirido recientemente y tenía “deficiencias en el sistema eléctrico”. Una chispa en mal momento puede haber sido la responsable de la tragedia.
Gracias a la rapidez del Comando de Bomberos #1 y al apoyo de la Empresa Eléctrica, Aguas Santiago, la Policía y la Cruz Roja, se evitó lo peor: que el fuego se extendiera y el desastre fuera aún mayor.
Pero la tensión en Santiago no terminó ahí. Apenas amaneció el lunes, un transformador explotó en la avenida Jesús Menéndez, en el reparto Mariana de la Torre. Eran las 5:00 a.m. cuando los vecinos escucharon un estruendo y vieron cómo el aparato se convertía en una antorcha que iluminaba toda la calle.
Lo más indignante, según contaron, es que el día anterior la Empresa Eléctrica había revisado el transformador tras un reporte de los residentes y les aseguraron que “no había problema”. Horas después, el estallido demostró lo contrario.
Aunque los bomberos lograron apagar rápidamente las llamas, el susto dejó a los vecinos en estado de alerta y con una pregunta que duele: ¿hasta cuándo la negligencia y la falta de mantenimiento seguirán poniendo en riesgo la vida de los santiagueros?