En Cuba, mostrar una casa remodelada y moderna en redes sociales siempre genera polémica. Esta vez fue el usuario @arnaldo6081 quien encendió TikTok al presumir su vivienda con la frase: “Mi casita en Cuba cada día más linda”. Y vaya que causó revuelo.
En el video, Arnaldo enseña una sala que podría estar en cualquier catálogo de decoración: piso de mármol reluciente, televisor de pantalla plana montado en la pared, estantes modernos con adornos, plantas ornamentales estratégicamente colocadas y un sofá blanco y negro que parece sacado de una tienda de lujo. Nada que ver con la típica imagen de las casas cubanas que muchos tienen en mente.
Como era de esperar, los comentarios se dividieron. Algunos seguidores lo felicitaron por su esfuerzo y buen gusto, pero otros pusieron el dedo en la llaga. “Qué bonita la casa, ¿a qué dirigente se la vas a regalar?”, ironizó un usuario. Otro, más positivo, le soltó: “Bendiciones, ese es el verdadero sueño americano: estar en tu tierra con todos los hierros y sin jefe”.
Claro, en un país donde conseguir un saco de cemento o un simple ventilador puede convertirse en misión imposible, ver una sala tan moderna despierta suspicacias. No faltó quien lo relacionara con el contexto político: “Eso haré yo, pero en una Cuba libre de comunismo, o sea, todavía falta”, comentó alguien con sarcasmo.
El contraste no puede ser más fuerte. Mientras millones de cubanos lidian con apagones, falta de comida y precios por las nubes, otros logran mostrar un nivel de comodidad y estilo que parece reservado para pocos. Y aquí surge la gran pregunta: ¿es fruto del sacrificio personal, de la ayuda del exterior o de conexiones con el sistema?
El clip ya acumula miles de reproducciones y se une a una tendencia que crece en redes sociales: mostrar remodelaciones y casas de lujo en una isla marcada por la escasez. Estas publicaciones suelen encender debates sobre desigualdad y acceso a recursos, porque lo que para algunos es motivo de orgullo, para otros refleja la enorme brecha entre quienes “pueden” y quienes apenas sobreviven.
Al final, más allá de los juicios, el video de Arnaldo pone sobre la mesa una realidad incómoda: en la misma Cuba donde muchos no tienen cómo reparar un techo o comprar un colchón, también existen casas que parecen de revista. Y esa dualidad, tan marcada, es quizás el retrato más fiel de lo que significa vivir en la isla hoy.
