El periódico oficialista Granma salió este jueves con su ya conocida muela: que la protesta en Gibara, Holguín, se resolvió con un “diálogo franco y duro” entre los dirigentes y el pueblo. Según su versión, la cosa fue tan pacífica que los manifestantes regresaron tranquilitos a sus casas después de escuchar a la primera secretaria del Partido en el municipio, Nayla Marieta Leyva Rodríguez.
Pero la realidad, como siempre, es otra. Videos y testimonios en redes sociales desmienten de raíz la novela del régimen. La Policía Nacional Revolucionaria entró de madrugada con patrullas y arrestó a varios manifestantes. Hasta ahora se sabe de al menos siete detenidos, entre ellos Pedro José, alias “Porrón”; Raymundo Galbán, “El Chino”; Dairán Bermúdez, conocido como “Chelli”; y Suleidi Aballe.
Lejos de contar la verdad, la maquinaria propagandística siguió el mismo guion de siempre. El programa televisivo Con Filo repitió que “no hubo represión” y que la protesta se calmó gracias a la “moral de los dirigentes”. Incluso voceros como Michel Torres Corona se preguntaron cómo se había podido “resolver” una manifestación de esa manera, ocultando lo evidente: lo que realmente funcionó fue el miedo a las patrullas y a las esposas.
El periodista cubano José Raúl Gallego lo dejó claro en sus redes sociales: Granma y su reportero Germán Veloz Placencia están mintiendo descaradamente. Para Gallego, lo que hacen no es periodismo sino pura propaganda, un engranaje más del aparato represivo que intenta tapar con tinta lo que queda registrado en videos y testimonios ciudadanos.
“Esto no es prensa, es complicidad con la represión”, denunció, recordando que las detenciones quedaron documentadas.
La protesta de los apagones y el hambre
Los vecinos de Gibara no salieron a la calle por gusto. La chispa fue un apagón que duró más de 24 horas y que también dejó sin agua a la población. La gente salió con cazuelas y gritos de “¡Queremos corriente y agua!”, cansada de tanta miseria y abandono.
A esa realidad, el régimen respondió con lo de siempre: vigilancia y delatores. El proyecto Represores Cubanos identificó a dos informantes del DSE, Wilder César Tejeda Ruiz y Adrián Pupo Cuesta, alias “El Mocho”, acusados de filmar a los manifestantes y entregar los videos a la Seguridad del Estado. Gracias a esas grabaciones habrían caído varios de los detenidos.
El doble discurso del régimen
Mientras Granma negaba la represión en Gibara, un día antes el régimen ya había arrancado un juicio en Bayamo contra 16 manifestantes por hechos ocurridos en marzo de 2024. La Fiscalía los acusa de “desórdenes públicos, resistencia y desacato”, cargos típicos del libreto represivo para aplastar cualquier protesta.
Gallego lo resumió con claridad: “Niegan la represión en Gibara mientras encarcelan a sus vecinos y procesan a los de Bayamo. Esa es la estrategia: negar con propaganda lo que en la práctica es represión.”
Un pueblo que pide lo mínimo
Las protestas en Gibara son el reflejo del cansancio acumulado en toda Cuba. Apagones, falta de alimentos, medicinas y agua, calor sofocante… la gente se tira pa’ la calle porque no le queda otra. Y mientras el régimen insiste en hablar de “diálogo”, la realidad es que quien reclama lo básico termina en una celda.
Un internauta lo dijo sin rodeos: “En el único país donde meten preso a alguien por decir que tiene hambre es en Cuba.” Otro lo resumió con una claridad aplastante: “No son delincuentes, solo piden lo que todos necesitamos: luz, agua y comida.”