Ulises Toirac cuestiona la falta de soluciones del régimen a los apagones y escasez de comida en Cuba: «No hay medidas encaminadas a superar este escenario»

Redacción

El humorista cubano Ulises Toirac volvió a encender las redes con un comentario que refleja lo que muchos en la isla piensan pero pocos se atreven a decir abiertamente: el régimen no mueve un dedo para sacar al país de la crisis.

No se ven medidas concretas que apunten a mejorar la situación del país… ni siquiera malas. Y eso me aterra”, escribió en Facebook, describiendo el clima de desesperanza que hoy marca la vida en Cuba, donde el peso no vale nada, los apagones son el pan de cada día y las tiendas están vacías.

Fiel a su estilo irónico, Toirac se burló de la propaganda oficial sobre la “estrategia energética”: “Lo único que se oye es del SEN y de parques fotovoltaicos que en un futuro producirán más energía. Pero aun si eso fuera cierto, la electricidad no se come”. Una frase que resume la desconexión total entre la retórica del poder y la realidad de la gente.

El comediante fue aún más contundente al afirmar que el silencio del Gobierno resulta más inquietante que las propias carencias del pueblo. En otras palabras, no es solo la crisis lo que asusta, sino la pasividad de un régimen que ni siquiera disimula tener un plan.

La situación energética lo confirma: el Sistema Eléctrico Nacional sigue hecho trizas. La propia Unión Eléctrica reconoció que este miércoles el déficit alcanzó 1,885 megavatios a las 9:30 de la noche, dejando a millones de cubanos sin luz durante horas interminables. Y lo peor es que no hay señales de mejora, solo incertidumbre y cansancio acumulado en una población que ya no aguanta más.

En paralelo, Toirac respondió a las críticas de quienes lo señalaron por atenderse en el sistema de salud pública. Con su sarcasmo habitual, aclaró que en el hospital Pando Ferrer lo atendieron correctamente: “Contrario al deseo de alguno de ellos, no me echaron ácido en el ojo, me hicieron un buen análisis y con próximas inyecciones mi evolución será mejor”.

Y para rematar, soltó otra pulla: “Voy para la bodega a sacar los mandados, que yo no vivo aquí pero vivo aquí”, dejando claro que, a pesar de todo, él también enfrenta el día a día de la isla como cualquier otro cubano.

Las reacciones no se hicieron esperar. Muchos seguidores le desearon salud y le agradecieron por decir lo que todos saben, mientras otros recalcaron que esa supuesta “gratuidad” en la salud no es más que un espejismo: el pueblo paga con su miseria lo que el régimen vende como un logro.

En definitiva, Toirac volvió a poner el dedo en la llaga: Cuba está hundida en el apagón, el desabastecimiento y la indiferencia de sus gobernantes, y lo único que mantiene a flote a la gente es el humor, esa válvula de escape que, aunque alivie un poco, no resuelve nada.

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