El régimen cubano salió este sábado con su nota oficial para confirmar el arresto en Remedios del supuesto asesino del capitán de la PNR, Leonel Mesa Rodríguez, jefe de sector en Caibarién. Como siempre, el Ministerio del Interior (MININT) intentó mostrar eficiencia y control, asegurando que el detenido fue capturado junto a la pistola del oficial y el cuchillo con el que, según dicen, se cometió el crimen.
El parte subrayó que el acusado será procesado “con el rigor de la justicia revolucionaria”. Esa frase tan repetida no deja lugar a dudas: en Cuba no existe justicia imparcial, solo castigo ejemplarizante cuando se trata de proteger la imagen del poder. Ni siquiera revelaron la identidad del detenido, detalle que el régimen suele manipular para manejar la narrativa a su conveniencia.
Según la versión oficial, el cuerpo de Mesa, de 62 años, apareció la madrugada del viernes en un tramo de carretera entre Remedios y Caibarién, con seis puñaladas y un tiro en la cabeza. A su lado estaba la moto oficial que usaba para trabajar. La prensa independiente, sin embargo, ya había adelantado la noticia antes del parte estatal, difundiendo imágenes del oficial tendido en el pavimento mientras otros agentes desviaban el tránsito. Una vez más, fueron los vecinos y los medios alternativos quienes contaron primero la verdad, dejando al oficialismo rezagado y a la defensiva.
Incluso un chofer de ómnibus contó que lo había visto poco antes conversando con alguien en la carretera. Detalles como ese rara vez aparecen en la prensa del Partido, que se limita a repetir la misma fórmula de “investigaciones inmediatas” y “esclarecimiento total”.
El capitán Mesa llevaba más de dos décadas en las filas del MININT, donde trabajó como chofer operativo, jefe de sector y, finalmente, oficial con grado de capitán. Fue sepultado este sábado en su natal Taguasco, Sancti Spíritus, con todo el despliegue de honores militares. Allí estuvieron desde su familia y vecinos hasta la cúpula del MININT encabezada por el ministro Lázaro Alberto Álvarez Casas. También hicieron acto de presencia las primeras secretarias del Partido en Villa Clara y Sancti Spíritus, Susely Morfa —a quien muchos recuerdan como “la psicóloga millonaria”— y Delvy Pérez Martín.
El castrismo aprovechó el sepelio para presentarse como un aparato sólido y unido, pero la realidad es que este asesinato expone lo contrario: la inseguridad crece, el descontento se dispara y ni siquiera los propios agentes del régimen están a salvo.