La madre cubana Yaimare Villafañe Romero denunció en redes sociales cómo su casa quedó completamente inundada tras un fuerte aguacero en Guantánamo, y no dudó en señalar la indiferencia de las autoridades ante su situación.
“Amigos de Facebook, en la tarde de hoy, después del aguacero, mi vivienda quedó así”, escribió la mujer el pasado jueves en el grupo Revolico Guantánamo, acompañando fotos que muestran a varios niños, e incluso un bebé, intentando resguardarse sobre las camas mientras el agua cubre por completo el piso de la casa.
La desesperación de Yaimare se hizo palpable cuando relató el desinterés del delegado local: “Cuando busco al delegado, nuestro representante me dice que ‘ya se sabe que mi vivienda se llena de agua, que esto se ha elevado a varios organismos y que nadie hace nada’. Le pregunté qué puedo hacer y no hubo respuesta”.
Con un mensaje cargado de preocupación y resignación, la madre agregó: “Miren cuántos niños conviven aquí. Esperemos que no pase una desgracia en una de las crecidas y entonces quieran actuar, cuando ya sea demasiado tarde. Dios los bendiga mucho”.
La publicación generó solidaridad inmediata en redes. Muchos usuarios la animaron a plantarse con sus hijos frente al Gobierno Provincial, exigiendo atención para un problema que no es nuevo, sino un reflejo del abandono que sufren los ciudadanos frente a desastres naturales y la falta de infraestructura adecuada.
Barrios completos quedaron bajo el agua, mientras las corrientes arrastraban la basura acumulada debido al deficiente drenaje y sistema de alcantarillado de la capital cubana. La magnitud de los daños se hizo visible en imágenes compartidas por vecinos y medios independientes, mostrando calles inundadas en Centro Habana, La Habana Vieja, Cerro y Plaza.
CubaNet, por ejemplo, publicó un video del mercado Cuatro Caminos y sus alrededores, donde se evidenciaba que las lluvias, combinadas con la incapacidad de las redes de saneamiento, dejaron la zona “completamente bajo agua”, como señalaron en redes sociales.
Los residentes de Centro Habana y Diez de Octubre compartieron fotos y testimonios de corrientes arrastrando desechos, dejando al descubierto la crónica falta de mantenimiento y planificación urbana que convierte cualquier aguacero en un riesgo para la población.