Si eres de los que todavía confía en ETECSA, prepárate: este martes 23 de septiembre la compañía anunció nuevas interrupciones en la telefonía móvil y fija en varias provincias del país. Según la estatal, todo forma parte de “trabajos técnicos programados” dentro de su plan de modernización tecnológica, iniciado apenas hace un mes. Pero para muchos cubanos, esto suena más a excusa que a solución.
La medida afecta a móviles con números que empiezan en 505, 506, 507, 508, 53, 54 y 63, y también a varias líneas fijas en Pinar del Río, La Habana, Ciego de Ávila, Granma y Santiago de Cuba. Es decir, un corte que deja a muchos sin comunicación en pleno siglo XXI, justo cuando las llamadas y mensajes son más necesarios que nunca.
Los usuarios estallan
Como era de esperar, las críticas no tardaron en llegar. Esteban Ajete, líder campesino, resumió la molestia general: “Lo de ETECSA no tiene nombre. Es un malestar permanente. La gente que tiene familiares en el extranjero no puede comunicarse; los mensajes tardan días en llegar. Un servicio que pagamos y que debería ser un derecho, no un lujo”.
Y es que los cortes se suman a un historial de problemas que ya nadie ignora: caídas de internet, pérdida de cobertura durante apagones, tarifas cada vez más altas y un servicio que parece diseñado para desesperar al usuario.
Modernización… con millonadas de ganancias
La contradicción es brutal: mientras los cubanos sufren, ETECSA presume ingresos millonarios. El propio primer ministro, Manuel Marrero Cruz, informó que en menos de dos meses la empresa ganó casi 25 millones de dólares, lo que equivale a unos 540 mil dólares diarios. Todo esto tras el polémico tarifazo, que encareció internet y servicios de comunicación al punto de que muchos deben destinar más de un salario mínimo solo para poder conectarse.
El aumento de precios provocó incluso protestas estudiantiles y cartas abiertas en universidades pidiendo que se revisara la medida. La realidad es clara: mientras ETECSA gana millones y habla de “modernización tecnológica”, los cubanos siguen pagando más y recibiendo menos.
Conclusión: un servicio caro y poco confiable
La empresa estatal deja un contraste evidente: millones en ganancias vs. usuarios sin cobertura y con tarifas exorbitantes. Cada corte, cada mensaje que tarda días en llegar, cada internet que se cae durante los apagones, es un recordatorio de que la modernización prometida todavía no llega a quienes la necesitan: el pueblo cubano.
Si ETECSA quiere presumir de avances, primero debería garantizar servicio estable y accesible para todos, no solo llenar sus arcas mientras los usuarios sufren.