Las noticias sobre cubanos en aeropuertos de Estados Unidos suelen ser de reencuentros, viajes familiares o historias de superación. Pero esta vez la cosa va por otro lado: un cubano con residencia permanente legal en el país fue arrestado en el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale, y las acusaciones son bastante serias.
De acuerdo con la Patrulla Fronteriza del sector de Yuma, el hombre estaría vinculado con actividades relacionadas con la prostitución. La detención no fue improvisada: se trató de un operativo coordinado con la Unidad de Trata de Personas del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que identificó al sospechoso antes de que pudiera salir del radar de las autoridades.
Según el comunicado oficial, el cubano enfrenta cargos penales que podrían costarle muy caro. Y es que, más allá de las condenas que le impongan si resulta culpable, también corre el riesgo de perder su estatus migratorio en Estados Unidos, lo que implicaría un proceso de deportación.
“Trabajamos juntos para salvaguardar nuestra nación”, dijo la Patrulla Fronteriza en un mensaje publicado en redes sociales, en el que destacaron que este arresto es parte de un esfuerzo mayor por reforzar la seguridad en las fronteras y frenar delitos como la trata y la explotación sexual.
Este caso se suma a un patrón creciente de arrestos de cubanos en diferentes partes del país. Para muestra, varios botones. En mayo, un operativo de nueve días en Florida, liderado por ICE y la Oficina del Sheriff del Condado de Polk, dejó como resultado 255 arrestos vinculados a prostitución y trata de personas. Entre ellos había migrantes de varias nacionalidades, incluidos cubanos, muchos de los cuales también quedaron en riesgo de ser deportados.
Las semanas siguientes también dieron titulares relacionados. En Nueva Orleans, Roberto Martínez, un cubano con antecedentes por lavado de dinero, fue capturado por ICE. Y en septiembre, otro connacional fue detenido en Louisville, Kentucky, justo cuando acudía a una cita para solicitar la residencia permanente; lo descubrieron con un historial de robos y un cargo por estrangulamiento.
El mensaje de las autoridades estadounidenses es claro: los migrantes que se vean involucrados en actividades ilegales no solo enfrentan juicios y condenas, sino que también ponen en la cuerda floja su futuro en el país. Y aunque cada caso es distinto, todos dejan la misma lección: en EE. UU., la ley no perdona y la deportación siempre está sobre la mesa cuando se trata de antecedentes criminales.