En Colón, Matanzas, el brote de arbovirosis está fuera de control. Autoridades sanitarias reconocieron un aumento alarmante de casos sospechosos, con 435 síndromes febriles en apenas una semana. Los hospitales ya no dan abasto: el “Mario Muñoz Monroy” tiene 40 camas ocupadas y cinco pacientes con signos de alarma, mientras casi la mitad de los ingresos son niños.
El régimen insiste en sus “pesquisas casa por casa” y en la eliminación de criaderos, pero los testimonios cuentan otra realidad: barrios enteros están enfermos, sin medicamentos ni condiciones para enfrentar la epidemia. En redes sociales circulan denuncias de familias completas encamadas, ancianos sin atención y una población que, una vez más, paga las consecuencias del abandono estatal.
Las autoridades dicen estar movilizando estudiantes, médicos de familia y hasta trabajadores de otros sectores para fumigar y chapear patios. Sin embargo, la falta de insecticidas y personal capacitado convierte esas campañas en puro teatro. El mosquito Aedes aegypti sigue multiplicándose en medio de la basura acumulada, los apagones y la insalubridad que caracterizan hoy a la provincia.
El gobernador Mario Sabines Lorenzo intentó calmar las aguas con un mensaje en Facebook, prometiendo “acciones inmediatas” y agradeciendo a comunales por su “rol social”. Pero sus palabras llegaron después de que la periodista Yirmara Torres denunciara que todo Matanzas está enfermo, no solo Cárdenas como intenta vender la prensa oficial. “El pueblo necesita soluciones, no notas a destiempo ni justificaciones”, reclamó, recordando cómo durante la pandemia el secretismo del régimen acabó en un estallido mortal de contagios.
El brote comenzó en julio en Perico y ya se extendió por varios municipios. Testimonios en redes apuntan a zonas completamente devastadas por la enfermedad, donde los más vulnerables son los que más sufren. La activista Amelia Calzadilla también cuestionó el silencio oficial y preguntó por qué no se ha decretado una emergencia sanitaria: “Niños, ancianos, trabajadores y estudiantes están encamados con fiebre alta y dolores insoportables. ¿Qué virus es este? ¿Cómo se evita? ¿Cómo se trata?”.
En lugar de asumir su responsabilidad, el régimen le tira la culpa al pueblo, exigiendo limpieza en patios y solares, cuando la realidad es que la falta de recursos, el colapso del sistema de salud y la ineficiencia gubernamental son los verdaderos culpables de que la epidemia se haya salido de control.