Bayamo volvió a estar en el centro de la noticia, y no precisamente por una efeméride: el jefe de Misión de la Embajada de Estados Unidos en Cuba, Mike Hammer, se dejó ver por sus calles y no dudó en soltar una frase que encendió las redes: “Aquí se siente el espíritu de libertad”.
Durante su visita a la ciudad de Granma, Hammer recordó que Bayamo no es cualquier lugar, sino la cuna del himno nacional y la tierra donde Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, dio el primer paso hacia la independencia. En un video compartido por la embajada en X, el diplomático aparece caminando entre la gente y resaltando que esa ciudad guarda “el alma del pueblo cubano”.
Hammer habló con emoción sobre la valentía que, según él, sigue viva en el pueblo bayamés y en cada rincón de Cuba que ha recorrido. Y es que su viaje no se limita a Bayamo: desde que llegó a la isla en noviembre de 2024, ha puesto en marcha una estrategia de “diplomacia directa” que lo lleva a caminar, conversar y escuchar de primera mano a los cubanos de a pie.
El recorrido del funcionario estadounidense ya lo ha llevado por ciudades como Holguín, Cienfuegos, Güines y Matanzas. Allí ha tenido encuentros con artistas, activistas y ciudadanos comunes. En Matanzas, incluso, fue seguido por agentes de la Seguridad del Estado, pero eso no lo frenó. Al contrario, aprovechó para reafirmar su compromiso con la libertad de expresión y los derechos humanos en Cuba.
En varias de sus intervenciones, Hammer ha repetido una idea clara: los cubanos merecen un futuro mejor y la crisis que hoy sufren no es culpa de las sanciones estadounidenses, sino del propio régimen. Lo ha dicho sin rodeos, tanto en la isla como en conferencias de prensa en Washington, donde describió la falta de alimentos, medicinas y energía como pruebas del fracaso del sistema.
Obviamente, esta postura no ha caído bien en el gobierno cubano. Desde el programa oficialista Con Filo lo tacharon de “cínico”, y el propio MININT intentó incomodarlo durante una visita familiar a Varadero. Pero lejos de replegarse, Hammer ha seguido su agenda, pidiendo libertad para presos políticos como Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Osorbo y Jessica Torres Calvo.
Recientemente, también se reunió con el almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de EE.UU., para tratar la situación interna de Cuba y la seguridad regional. El SOUTHCOM, por cierto, no se anda con paños tibios: ha catalogado al régimen cubano como un “elemento corrosivo en América Latina”.
Con estas declaraciones y visitas, Mike Hammer se ha convertido en un personaje incómodo para La Habana, pero también en un rostro cercano para muchos cubanos que lo ven como alguien dispuesto a escuchar y a poner sobre la mesa la palabra que más escasea en la isla: libertad.