Una onda tropical en el noreste del Caribe está ganando fuerza y podría complicarle la vida al oriente cubano en cuestión de días. El Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami, confirmó que el sistema, identificado como AL94, ya está generando fuertes aguaceros y tormentas eléctricas desorganizadas.
Según el informe, la onda se mueve hacia el oeste-noroeste a unas 15 o 20 millas por hora, dejando a su paso lluvias intensas y ráfagas de viento sobre Puerto Rico y las Islas Vírgenes, y avanzando hacia la República Dominicana desde esta misma noche.
Los especialistas prevén que el sistema pierda velocidad y gire al noroeste a finales de la semana, cuando alcance el suroeste del Atlántico. Ahí es donde las condiciones se pondrán más favorables para su desarrollo, con altas probabilidades de convertirse en depresión tropical cerca de las Bahamas.
Aunque por ahora la probabilidad de que se convierta en ciclón en las próximas 48 horas es solo del 30 %, la cifra se dispara al 80 % en los próximos siete días. Por eso, residentes en Puerto Rico, República Dominicana, Islas Vírgenes, Turcas y Caicos, y Bahamas deben seguirle la pista de cerca.
En Cuba, los meteorólogos no le quitan el ojo a este sistema que podría dejar lluvias intensas en la región oriental, justo en un país donde cada tormenta significa más apagones, más derrumbes y más angustia para familias que viven en casas deterioradas por décadas de abandono estatal.
Mientras tanto, el NHC también vigila otra onda tropical en el Atlántico con altas probabilidades de convertirse en depresión, aunque esa no parece representar peligro inmediato para la isla.
Si ambas alcanzaran categoría de tormenta, los nombres que tocarían en la lista oficial de la temporada ciclónica 2025 serían Humberto y Imelda.