El reguetonero cubano El Micha encendió las redes sociales al confirmar que decidió regresar a vivir en Cuba, dejando atrás la vida en Miami, la cual calificó como “una farsa”. Según él, lo que quiere ahora es estar en su tierra, rodeado de la gente que lo quiere.
Sus declaraciones, que muchos consideran un guiño complaciente al régimen, no pasaron desapercibidas. Apenas soltó la noticia, el cantante comenzó a tirar indirectas en redes y aprovechó la ola de comentarios para anunciar su próximo concierto en Loco Lugar, dentro del Parque Temático de La Habana, programado para el 26 de septiembre.
Ese mismo día lanzará un nuevo sencillo titulado “Al que le duela que sufra”, una canción que, como dejó entrever, está cargada de pullas contra quienes lo critican. En su Instagram compartió un fragmento del videoclip grabado en la isla y escribió: “Con los ojos y las lenguas arriba, yo tranqui sin coger lucha, pasa el tiempo y yo sigo aquí arriba y al que le duela…”.
El Micha, desafiante como siempre, dejó claro que no piensa dar explicaciones por su decisión de regresar a Cuba. En otra de sus publicaciones fue directo: “Yo estoy donde quiero estar. Si me fui o si regresé, eso es problema mío. Al que le duela que sufra, y al que le sirva que lo use”. Con esas palabras, el reguetonero intentó silenciar a sus críticos, aunque terminó alimentando aún más la polémica.
La noticia ha dividido a sus seguidores. Unos lo celebran por “volver a sus raíces”, pero muchos otros lo cuestionan duramente, sobre todo en un momento donde miles de cubanos huyen de la isla en busca de un futuro digno, cansados de la miseria, la inseguridad y la falta de libertades. Su decisión de mudarse de nuevo a Cuba contrasta con la realidad de un país en ruinas, donde la mayoría apenas sobrevive entre colas, apagones y salarios de miseria.
Incluso su expareja, Ana María Daniel, lo criticó públicamente por hablar de “familia” mientras deja a sus hijos en Estados Unidos para regresar a la isla. Un golpe directo a la narrativa de El Micha, que intenta vender su regreso como un acto de autenticidad, cuando para muchos parece más bien un paso calculado que coincide con el beneplácito de las autoridades cubanas.