El Divo de Placetas sigue cosechando triunfos, y esta vez el reconocimiento llegó en forma de una llave muy especial. Eduardo Antonio fue homenajeado en la ciudad de Medley, en Miami-Dade, donde las autoridades le entregaron nada menos que las llaves de la ciudad, un gesto cargado de simbolismo que lo acerca aún más a la comunidad cubana y latina del sur de la Florida.
La ceremonia fue una fiesta de emociones. Entre aplausos, abrazos y sonrisas, el público celebró a ese artista que ha sabido ganarse el cariño dentro y fuera de Cuba. La alcaldesa Lily Stefano resumió lo que muchos sienten: “Mira alrededor y mira esas sonrisas, esa felicidad que tú has traído a este pueblo. Por esa felicidad le vamos a presentar la llave de esta ciudad, para que él sepa que siempre tiene un lugar aquí en Medley”. Palabras que dejaron al cantante visiblemente conmovido.
Y es que Eduardo Antonio no escondió lo que sentía en ese momento. Con la voz entrecortada, agradeció a quienes lo han acompañado en su carrera y en su vida: “Yo no tengo cómo agradecer esto, solo decir que cuando más personas te quieren apedrear y hacerte sentir menos, Dios es tan grande que siempre pone gente buena en tu camino. Hoy me han hecho inmensamente feliz”. Una confesión sincera que arrancó más de una lágrima entre los presentes.
El artista no dejó pasar la oportunidad de dedicar este logro a su público y a su madre, figura central en su vida. “Esto lo quiero compartir con todos mis admiradores y con mi mamá, que da mucho orgullo ver cómo me siguen queriendo”, aseguró. Una declaración que reafirma la relación cercana y familiar que mantiene con quienes lo siguen desde hace décadas.
Eduardo Antonio siempre ha sido un showman versátil: canta, compone, actúa y conecta con la gente de una manera única. Y esa cercanía es la que explica por qué su homenaje en Medley no se sintió como un acto político o institucional, sino como un reconocimiento de comunidad, como si le estuvieran diciendo: “Esta ciudad también es tu casa”.
Con este gesto, El Divo de Placetas suma un nuevo capítulo en su carrera, recordando que su talento y su carisma son puentes entre Cuba y la diáspora cubana. Su mensaje final lo dejó claro: “Yo me debo a ustedes y siempre voy a estar para ustedes. ¡Dios los bendiga!”.
En un Miami donde cada día se suman nuevas historias de exilio, sacrificio y éxito, la de Eduardo Antonio brilla con luz propia: la de un artista que nunca olvida de dónde viene y que comparte cada triunfo con su gente.